viernes, 4 de junio de 2021

Dos o más bebidas azucaradas al día puede duplicar el riesgo de cáncer colorrectal antes de los 50 años…

Beber dos o más bebidas azucaradas al día, según un estudio que se publica en la revista Gut, puede duplicar el riesgo de cáncer colorrectal antes de los 50 años, al menos en las mujeres. Además, cada bebida de más incrementa el riesgo en un 16% mayor, aumento que es del 32% por bebida diaria durante la adolescencia. 
Los casos de cáncer de intestino diagnosticados antes de los 50 años, o cáncer colorrectal de aparición temprana, han aumentado en muchos países desarrollados durante las últimas dos décadas. Pero los expertos no tienen claro por qué. 
«El cáncer colorrectal en adultos jóvenes sigue siendo relativamente poco común, pero el hecho de que las tasas hayan aumentado durante las últimas tres décadas, y no entendemos por qué, es una preocupación importante de salud pública y una prioridad en la prevención del cáncer», sostiene el autor principal, Yin Cao, de la Universidad de Washington. Durante 2020, el cáncer colorrectal fue el tercero más diagnosticado en todo el mundo, por detrás del de mama y de pulmón, lo que evidencia la importancia de que la sociedad conozca las principales herramientas para prevenir su aparición. 
«Estos tumores están más avanzados en el momento del diagnóstico y tienen características diferentes en comparación con los cánceres de poblaciones mayores», señala Cao. Por ejemplo, en EEUU, los adultos nacidos alrededor de 1990 tienen un riesgo del doble de cáncer de colon y 4 veces más de cáncer de recto que los nacidos alrededor de 1950. 
Las bebidas endulzadas con azúcar, como los refrescos, las bebidas con sabor a frutas, las bebidas deportivas y energéticas, constituyen la principal fuente (39%) de azúcar añadidas en las dietas de los ciudadanos estadounidenses, y el 12% de la población consume más de 3 bebidas todos los días. 
Se ha documentado que el consumo excesivo de este tipo de bebidas causa un mayor riesgo de obesidad y diabetes tipo 2. Pero a pesar de la popularidad de estas bebidas ha aumentado constantemente, especialmente entre los adolescentes y los adultos más jóvenes, se desconoce si esta ingesta también podría estar asociada con un mayor riesgo de cáncer de intestino en la mediana edad. 
En este trabajo, los investigadores se han basado en la información obtenida de 95.464 participantes en el Nurses Health Study II, una investigación de seguimiento continuo de 116.429 enfermeras de entre 25 y 42 años en el momento de la inscripción en 1989. 
Las mujeres reportaron sus hábitos alimenticios mediante cuestionarios validados cada 4 años, a partir de 1991. Y, 41.272 comunicaron el consumo de bebidas durante su adolescencia (13-18) en 1998. Además, los investigadores contemplaron otros factores potencialmente influyentes, incluidos los antecedentes familiares de cáncer de intestino, el estilo de vida, el uso regular de aspirina o antiinflamatorios no esteroideos y suplementos vitamínicos. Durante los 24 años de seguimiento, 109 mujeres desarrollaron cáncer colorrectal antes de los 50 años. Según los investigadores de la Universidad de Medicina de Washington de St. Louis, una mayor ingesta de bebidas azucaradas en la edad adulta se asociaba con un riesgo de cáncer después de tener en cuenta los factores de riesgo. Así, vieron que comparación con las que consumían menos de una bebida a la semana, las que bebían 2 o más al día tenían más del doble de probabilidades de ser diagnosticadas con cáncer de intestino. Cada bebida de más se asociaba con un 16% más de riesgo. 
Entre las 41.272 mujeres que informaron sobre sus patrones de consumo durante la adolescencia, cada ración diaria se relacionaba con un 32% más de riesgo de desarrollar posteriormente la enfermedad antes de los 50 años. 
Cuando se sustituyeron las bebidas azucaradas con bebidas endulzadas artificialmente, café o leche semidesnatada o entera, el riesgo de diagnóstico de cáncer colorrectal antes de los 50 años fue de entre un 17% y un 36% menor. 
Los autores reconocen que se trata de un estudio observacional y, como tal, no puede establecer una causa, solo una correlación. Y dado que la mayoría de las participantes eran mujeres blancas, los hallazgos pueden no ser aplicables a hombres u otros grupos raciales/étnicos. 
Sin embargo, señalan que existen algunas explicaciones biológicamente plausibles para sus hallazgos: las bebidas azucaradas suprimen la sensación de saciedad, por lo que se arriesga a una ingesta excesiva de energía y al aumento de peso asociado. Estas bebidas también provocan un rápido aumento de la glucosa en sangre y la secreción de insulina, lo que, a largo plazo, puede inducir resistencia a la insulina, inflamación, obesidad y diabetes tipo 2, añaden. 
La evidencia emergente también sugiere que la fructosa puede afectar la función de barrera intestinal y aumentar la permeabilidad intestinal, lo que podría promover el desarrollo de cáncer, sugieren los investigadores. 
«Su consumo puede contribuir al aumento de la incidencia del cáncer de intestino de aparición temprana», sugieren. 
Por ello concluyen que reducir la ingesta y/o la sustitución por otras bebidas más saludables entre adolescentes y adultos jóvenes «puede servir como una posible estrategia viable para aliviar la creciente carga del cáncer de intestino antes de los 50 años». BP

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