Beber dos o más bebidas azucaradas al día, según un estudio que se
publica en la revista Gut, puede duplicar el riesgo de cáncer colorrectal
antes de los 50 años, al menos en las mujeres. Además, cada bebida de más incrementa el
riesgo en un 16% mayor, aumento que es del 32% por bebida diaria durante la
adolescencia.
Los casos de cáncer de intestino diagnosticados antes de los 50 años, o
cáncer colorrectal de aparición temprana, han aumentado en muchos países
desarrollados durante las últimas dos décadas. Pero los expertos no tienen
claro por qué.
«El cáncer colorrectal en adultos jóvenes sigue siendo relativamente
poco común, pero el hecho de que las tasas hayan aumentado durante las últimas
tres décadas, y no entendemos por qué, es una preocupación importante de salud
pública y una prioridad en la prevención del cáncer», sostiene el autor
principal, Yin Cao, de la Universidad de Washington. Durante 2020, el cáncer colorrectal fue
el tercero más diagnosticado en todo el mundo, por detrás del de mama y de
pulmón, lo que evidencia la importancia de que la sociedad conozca las
principales herramientas para prevenir su aparición.
«Estos tumores están más avanzados en el momento del diagnóstico y
tienen características diferentes en comparación con los cánceres de
poblaciones mayores», señala Cao. Por ejemplo, en EEUU, los adultos nacidos alrededor de
1990 tienen un riesgo del doble de cáncer de colon y 4 veces más de cáncer de
recto que los nacidos alrededor de 1950.
Las bebidas endulzadas con azúcar, como los refrescos, las bebidas con
sabor a frutas, las bebidas deportivas y energéticas, constituyen la principal
fuente (39%) de azúcar añadidas en las dietas de los ciudadanos
estadounidenses, y el 12% de la población consume más de 3 bebidas todos los
días.
Se ha documentado que el consumo excesivo de este tipo de bebidas causa
un mayor riesgo de obesidad y diabetes tipo 2. Pero a pesar de la popularidad
de estas bebidas ha aumentado constantemente, especialmente entre los
adolescentes y los adultos más jóvenes, se desconoce si esta ingesta también
podría estar asociada con un mayor riesgo de cáncer de intestino en la mediana
edad.
En este trabajo, los investigadores se han basado en la información
obtenida de 95.464 participantes en el Nurses Health Study II, una
investigación de seguimiento continuo de 116.429 enfermeras de entre 25 y 42
años en el momento de la inscripción en 1989.
Las mujeres reportaron sus hábitos alimenticios mediante cuestionarios
validados cada 4 años, a partir de 1991. Y, 41.272 comunicaron el consumo de
bebidas durante su adolescencia (13-18) en 1998. Además, los investigadores contemplaron
otros factores potencialmente influyentes, incluidos los antecedentes
familiares de cáncer de intestino, el estilo de vida, el uso regular de
aspirina o antiinflamatorios no esteroideos y suplementos vitamínicos. Durante
los 24 años de seguimiento, 109 mujeres desarrollaron cáncer colorrectal antes
de los 50 años. Según los investigadores
de la Universidad de Medicina de Washington de St. Louis, una mayor ingesta de
bebidas azucaradas en la edad adulta se asociaba con un riesgo de cáncer
después de tener en cuenta los factores de riesgo. Así, vieron que comparación con las que consumían
menos de una bebida a la semana, las que bebían 2 o más al día tenían más del
doble de probabilidades de ser diagnosticadas con cáncer de intestino. Cada
bebida de más se asociaba con un 16% más de riesgo.
Entre las 41.272 mujeres que informaron sobre sus patrones de consumo
durante la adolescencia, cada ración diaria se relacionaba con un 32% más de
riesgo de desarrollar posteriormente la enfermedad antes de los 50 años.
Cuando se sustituyeron las bebidas azucaradas con bebidas endulzadas
artificialmente, café o leche semidesnatada o entera, el riesgo de diagnóstico
de cáncer colorrectal antes de los 50 años fue de entre un 17% y un 36% menor.
Los autores reconocen que se trata de un estudio observacional y, como
tal, no puede establecer una causa, solo una correlación. Y dado que la mayoría
de las participantes eran mujeres blancas, los hallazgos pueden no ser
aplicables a hombres u otros grupos raciales/étnicos.
Sin embargo, señalan que existen algunas explicaciones biológicamente
plausibles para sus hallazgos: las bebidas azucaradas suprimen la sensación de
saciedad, por lo que se arriesga a una ingesta excesiva de energía y al aumento
de peso asociado. Estas bebidas también provocan un rápido aumento de la
glucosa en sangre y la secreción de insulina, lo que, a largo plazo, puede
inducir resistencia a la insulina, inflamación, obesidad y diabetes tipo 2,
añaden.
La evidencia emergente también sugiere que la fructosa puede afectar la
función de barrera intestinal y aumentar la permeabilidad intestinal, lo que
podría promover el desarrollo de cáncer, sugieren los investigadores.
«Su consumo puede contribuir al aumento de la incidencia del cáncer de
intestino de aparición temprana», sugieren.
Por ello concluyen que reducir la ingesta y/o la sustitución por otras
bebidas más saludables entre adolescentes y adultos jóvenes «puede servir como
una posible estrategia viable para aliviar la creciente carga del cáncer de
intestino antes de los 50 años». BP
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