El cáncer renal
es el quinto en incidencia en la Argentina, detrás del de mama, colon-recto,
próstata y pulmón. Es más frecuente en hombres que en mujeres y su diagnóstico
aumenta marcadamente a partir de los 50 años, siendo la década entre los 60 y
los 70 la de mayor diagnóstico.
Es uno de los
tantos tumores asintomáticos en sus etapas iniciales, al punto que la mayoría
de los casos se diagnostica de manera incidental, hecho que le valió el mote de
«incidentaloma» entre los especialistas.
«En general se
diagnostica cuando la persona va a hacerse una ecografía o tomografía por otra
causa y se ve el tumor».
En el Día Mundial del Cáncer Renal, 18/06, el médico oncólogo clínico Juan Pablo Sade asesor del Laboratorio
Varifarma, señaló que «cuando esta enfermedad da síntomas son absolutamente
tardíos».
Síntomas
y diagnóstico
Tradicionalmente, suele hacerse referencia a esas señales como «tríada
diagnóstica», por ser las más comunes la hematuria (orina con sangre), el dolor
en un lado de la espalda baja o la presencia de una masa palpable en la misma
zona. «Para cuando se percibe eso, ya hay metástasis casi con seguridad»,
remarcó el jefe de la Unidad
de Oncología Genitourinaria del Instituto Alexander Fleming.
Y tras resaltar
que «hay tumores como el de mama o próstata que por su mayor frecuencia se
recomienda hacer estudios de screening periódicos», Sade aclaró que «en el caso
del cáncer renal no es tan frecuente y por eso no se justifica hacer, por
ejemplo, una ecografía anual a toda la población para detectarlo». «No es costo
efectivo desde una mirada de política sanitaria», apuntó.
En ese sentido,
sobre si existen síntomas o señales para detectarlo de manera temprana, fue
contundente al asegurar que «no». «En la vida hay situaciones que no se pueden
controlar y esta enfermedad es una de ellas», opinó.
Sobre
factores de riesgo y el avance en su tratamiento
Acerca de las causas o situaciones que predisponen a padecer esta
enfermedad, el especialista señaló en primer lugar los antecedentes familiares,
para luego citar a las personas que sufren enfermedad renal crónica
(poliquistosis renal, insuficiencia renal), que ya tienen dañados los riñones.
«De manera mucho menos frecuente aparecen el consumo excesivo de un analgésico
llamado acetaminofén (paracetamol), trabajar con colorantes (como las anilinas
que se usan en algunas industrias) y algunas teorías relacionan la aparición de
más casos en el último tiempo con el uso de agroquímicos como glifosato»,
detalló el Dr. Sade.
Debido a que las
personas se realizan en la actualidad más estudios de diagnóstico por imágenes
que en otras épocas, el cáncer renal «se detecta cada vez más temprano», según
el especialista. Y, como en la totalidad de las enfermedades, la detección
precoz mejora el pronóstico.
«La tasa de
curación depende del estadio en que se diagnostica», aseguró Sade, y ahondó:
«Se considera estadio 1 cuando el tumor está localizado en el riñón y su tamaño
es menor a siete centímetros; en esos casos el tratamiento es quirúrgico y la
posibilidad de curación oscila entre el 80 y 90%».
«En los estadios
2 y 3 -continuó- el tumor es más grande o invade órganos vecinos». En este caso
la indicación es la cirugía más un tratamiento postoperatorio con inmunoterapia
-una nueva generación de tratamientos basada en anticuerpos monoclonales
administrados por vía endovenosa que «despiertan» al sistema inmune del
paciente para que sea capaz de reconocer al tumor y atacarlo- para disminuir
riesgo de recidiva tumoral.
En estadios más
avanzados, en los que el tumor invade estructuras vecinas o bien ya se detecta
la presencia de metástasis, «en los últimos años se registraron avances enormes
en el tratamiento que multiplicaron por varias veces la sobrevida», sostuvo el
Dr. Sade.
En estos casos,
el equipo médico tratante decidirá si se opera o no, e indicará un tratamiento
combinado de inmunoterapia y drogas antiangiogénicas, «que inhiben la formación
de vasos sanguíneos por parte del tumor». «Son las drogas más modernas y más efectivas»,
opinó el experto acerca de las llamadas «terapias dirigidas», que están
demostrando ser especialmente importantes en el abordaje del cáncer de riñón
avanzado, donde la tradicional quimioterapia nunca demostró ser eficaz.
En particular la
combinación de pembrolizumab con lenvatinib asoma como una de las más
prometedoras, dentro de las múltiples posibles, para el tratamiento de primera
línea del cáncer renal. Donde la inmunoterapia ha cambiado el panorama de
tratamiento clásico que tenía en uno de sus pivots al sunitinib, quedando ahora
relegado a situaciones particulares como la dificultad para el acceso a las
drogas de alto costo en nuestro sistema sanitario.
Consejos
para cuidar los riñones
Para finalizar, el especialista dio una serie de consejos para cuidar la
salud de los riñones, aunque aclaró que «no hay medidas preventivas para evitar
este tipo de tumor».
«Tomar mucho
líquido, evitar o tratar la hipertensión, la diabetes, las enfermedades
cardiovasculares, el colesterol elevado, no fumar, y evitar la automedicación y
el consumo de medicamentos que pueden dañar el riñón», resumió para luego
aclarar que «tener los riñones sanos hace las cosas más fáciles en caso de que
se presente esta enfermedad». BP
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