Texto del Evangelio (Mt 25,1-13): En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos esta
parábola: «El Reino de los Cielos será semejante a diez vírgenes, que, con su
lámpara en la mano, salieron al encuentro del novio. Cinco de ellas eran
necias, y cinco prudentes. Las necias, en efecto, al tomar sus lámparas, no se
proveyeron de aceite; las prudentes, en cambio, junto con sus lámparas tomaron
aceite en las alcuzas. Como el novio tardara, se adormilaron todas y se
durmieron. Mas a media noche se oyó un grito: ‘¡Ya está aquí el novio! ¡Salid a
su encuentro!’. Entonces todas aquellas vírgenes se levantaron y arreglaron sus
lámparas. Y las necias dijeron a las prudentes: ‘Dadnos de vuestro aceite, que
nuestras lámparas se apagan’. Pero las prudentes replicaron: ‘No, no sea que no
alcance para nosotras y para vosotras; es mejor que vayáis donde los vendedores
y os lo compréis’. Mientras iban a comprarlo, llegó el novio, y las que estaban
preparadas entraron con él al banquete de boda, y se cerró la puerta. Más tarde
llegaron las otras vírgenes diciendo: ‘¡Señor, señor, ábrenos!’. Pero él
respondió: ‘En verdad os digo que no os conozco’. Velad, pues, porque no sabéis
ni el día ni la hora».
«En verdad os digo que
no os conozco»
Comentario: + Rev. D. Joan Ant. MATEO i
García (Tremp, Lleida, España)
Hoy, Viernes XXI del tiempo
ordinario, el Señor nos recuerda en el Evangelio que hay que estar siempre
vigilantes y preparados para encontrarnos con Él. A media noche, en cualquier
momento, pueden llamar a la puerta e invitarnos a salir a recibir al Señor. La
muerte no pide cita previa. De hecho, «no sabéis ni el día ni la hora» (Mt 25,13).
Vigilar no significa vivir con
miedo y angustia. Quiere decir vivir de manera responsable nuestra vida de
hijos de Dios, nuestra vida de fe, esperanza y caridad. El Señor espera
continuamente nuestra respuesta de fe y amor, constantes y pacientes, en medio
de las ocupaciones y preocupaciones que van tejiendo nuestro vivir.
Y esta respuesta sólo la
podemos dar nosotros, tú y yo. Nadie lo puede hacer en nuestro lugar. Esto es
lo que significa la negativa de las vírgenes prudentes a ceder parte de su
aceite para las lámparas apagadas de las vírgenes necias: «Es mejor que vayáis
donde los vendedores y os lo compréis» (Mt
25,9). Así, nuestra respuesta a Dios es personal e intransferible.
No esperemos un ‘mañana’ —que
quizá no vendrá— para encender la lámpara de nuestro amor para el Esposo. Carpe
diem! Hay que vivir en cada segundo de nuestra vida toda la pasión que un
cristiano ha de sentir por su Señor. Es un dicho conocido, pero que no estará
de más recordarlo de nuevo: «Vive cada día de tu vida como si fuese el primer
día de tu existencia, como si fuese el único día de que disponemos, como si
fuese el último día de nuestra vida». Una llamada realista a la necesaria y
razonable conversión que hemos de llevar a término.
Que Dios nos conceda la gracia
en su gran misericordia de que no tengamos que oír en la hora suprema: «En
verdad os digo que no os conozco» (Mt
25,12), es decir, «no habéis tenido ninguna relación ni trato conmigo».
Tratemos al Señor en esta vida de manera que lleguemos a ser conocidos y amigos
suyos en el tiempo y en la eternidad.
AQUÍ NUESTRO PADRE DIOS NOS ESTA DICIENDO QUE ESTEMOS PREPARADOS Y AL PENDIENTE DE EL Y QUE LO OBEDESCAMOS EN TODO PORQUE SOLO EL TIENE PODER Y EL SABE CUANDO DONDE A QUE HORA Y CON QUIEN EL TIENE NUESTRO DESTINO EN SUS BENDITAS MANOS AMÉN ASÍ SEA AMÉN 🙏 AMÉN 🙏 AMÉN 🙏.
ResponderBorrarAmen amen amen 🙏 exlente Reflexión dios.nos ase es.el llamado para que estemos preparados para su venida gracias px con partirnos el evangelio miles de vendisiones gracias gracias 🙏
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