Benedicta de Cádiz, Santa
Religiosa,
29 de Junio
Santa Tradicional, no incluida
en el Martirologio Romano actual
Etimológicamente:
significa “hija predilecta”. Viene de la lengua latina.
Cuando Dios llama a una vocación para toda la vida,
invita a entrar en ella para siempre. Si surgen obstáculos nos sorprenderemos
rezando: “Espíritu Santo, tú eres el guardián de una vocación para toda la
vida, haz que no me detenga en el camino”.
Fue san Fructuoso, obispo de Braga, Portugal, quien
escribió las Actas sobre esta santa. Parece ser que nació en Cádiz, España.
Desde su niñez y juventud brilló ante todos por su virtud y por su vida
ejemplar. Fructuoso oyó hablar de las excelencias de esta chica. Entonces,
llevado por un santo celo, decidió hablar con ella. Tras la conversación
mantenida entre ambos, el obispo le indicó que se fuera a vivir sola en una
celda. Ella, sin embargo, estaba prometida con un caballero español. Cuando
éste se enteró de que su novia tomaba otros camino distinto al de contraer
matrimonio con él, se enfadó terriblemente. Tanto se enrabió que la denunció al
rey. Este, para actuar con justicia y rectitud, llamó a un juez para que
solucionara el asunto. Las razones que esgrimió Benedicta convencieron al juez:
son las razones de la libertad de conciencia y están acordes con el derecho. Hizo
tanta oración y milagros que de todas partes acudían a verla.
Fructuoso le construyó un monasterio y la puso al
frente de las religiosas. Murió el 29 de junio del siglo VII.
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