Porque yo soy
tú Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos
hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen, y hago
misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos. Éxodo20.5
Éxodo 20 nos habla sobre los diez mandamientos
de la ley de Dios, y ahí en el versículo cinco, encontramos uno de los
atributos más hermosos de Dios, «celoso», cuando vemos esta palabra, pensamos
en inseguridad, desconfianza, pero si la vemos en el sentido puro de su significado,
entendemos que esta es una virtud, y no un mal en el corazón… a Elías lo
consumían los celos por el Señor y sus cosas santas. (1 Reyes 19.10). Los hombres santos de Dios tienen celo de amor, de
pasión, celo santo y puro por el amor al dador de la vida, y a su preciosa
palabra.
Dios quiere
que nuestro corazón sea solo de Él, y para Él, y no compartido con otros dioses
(personas, cosas) ¿cómo nos hemos sentido cuando descubrimos que el corazón de la
persona que tanto amamos está compartido, que no nos ama solo a nosotros, sino
que hay alguien más en su vida? Personalmente puedo decir que es un dolor
indescriptible, ¿Por qué? Porque fuimos diseñados con esta naturaleza por el
mismo Señor de los cielos… Jesús dijo; Nadie puede servir a dos señores, porque
amará a uno o aborrecerá al otro, (Lucas 16.13)
no podemos amar a dos hombres o dos mujeres a la vez, ni tampoco podemos amar a
Dios y el mundo. Si tuviésemos dos negocios, o dos trabajos, ¿a quién vamos
dedicarle más tiempo? Al final vamos a amar más a uno que al otro.
Dios quiere
ser el todo de todo, el centro del universo de nuestra existencia, y cuando eso
acontece, el hará misericordia a millares de nuestras generaciones, a los que
le aman y guardan sus mandamientos. v.6
Cuando le
amamos a Él sobre todas las cosas del mundo, es tan sencillo poder amar y
perdonar a todo aquel que esta alrededor de nuestra vida. Solo entonces
podremos amar con el verdadero amor, el amor que viene de la misma presencia de
nuestro Señor Jesucristo, quien nos dio el ejemplo de amor y obediencia a su
Dios y Señor. Si algún celo debe de haber en nuestro ser, es por nuestro Dios y
su Palabra.
Querido amigo,
querida amiga, como siempre dos opciones, pretendiendo vivir para Dios con un
corazón lleno de amantes, o cuidando pasionalmente ese lugar solo para Él. Tú
decides. EdeM
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