jueves, 21 de mayo de 2020

Enfermedad inflamatoria intestinal y COVID-19: cómo viven la pandemia quienes conviven con una patología autoinmune

Cada 19 de mayo se conmemora el Día Mundial de las Enfermedades Inflamatorias Intestinales (EII) para difundir sobre la Enfermedad de Crohn, Colitis Ulcerosa y la Colitis Indeterminada. Este año, la “Fundación Más Vida de Crohn & Colitis Ulcerosa” con el auspicio de la Sociedad Argentina de Gastroenterología (SAGE), el Grupo Argentino de Estudio de Enfermedad de Crohn y Colitis Ulcerosa (GADECCU) y la Federación Argentina de Gastroenterología (FAGE), se suma a la campaña “Hacer que las EII funcionen”, propuesta por la Federación Europea de Asociaciones de Crohn y Colitis Ulcerosa, para crear conciencia sobre el impacto que las EII tienen en la vida profesional de una persona. La campaña podrá seguirse por redes sociales con los hashtags #HacerQueLasEIIFuncionen #DíaMundialEII2020 #WorldIBDday2020 #MakeIBDwork
 “Motivados por los comentarios que recibimos el año pasado a raíz del caso de un empleado de Amazon en Estados Unidos con la enfermedad de Crohn, quien demandó a la empresa por no poder ir al baño, realizamos una encuesta para conocer la situación de los pacientes en nuestro país. El resultado fue impactante: más del 40% de los pacientes con EII había tenido problemas de acceso al baño en su trabajo”, aseguró la licenciada Luciana Escati Peñaloza, presidenta de la “Fundación Más Vida de Crohn & Colitis Ulcerosa”.
“Las EII son enfermedades autoinmunes, crónicas que causan inflamación del tracto gastrointestinal y los síntomas en muchos casos son motivo de pudor: frecuencia o urgencia evacuatoria, diarrea persistente por más de cuatro semanas, dolor abdominal, moco y/o sangrado en las heces, lesiones perianales, pérdida de peso, fiebre y/o los vómitos, entre otros síntomas digestivos”, explicó el doctor Julio Tenca, miembro del comité directivo de FAGE, encargado del módulo de EII de dicha institución. Además, agregó: “lo importante es saber que su cronicidad radica en que los síntomas pueden persistir durante mucho tiempo, de ahí la importancia de saber y detectarlos para un diagnóstico temprano”.
La mayoría de las personas con EII se encuentran en edad laboral, lo que puede significar una preocupación extra respecto de su trabajo y sus perspectivas de empleo. Sin embargo, muchos de los pacientes quieren y son capaces de trabajar con éxito y cumplir con todo su potencial. Varios estudios han demostrado que las personas con EII dan alta prioridad al mantenimiento de su asistencia y su desempeño en el trabajo. Más del 50% de los pacientes aseguran haberse esforzado más en su trabajo para compensar cualquier deficiencia que pudiera resultar de su EII. “Creemos que con una mejor comprensión de la enfermedad y aplicando estrategias integrales que propicien un entorno de apoyo, podemos hacer que las EII funcionen. En este momento tan difícil en el que nos enfrentamos a la pandemia de COVID-19, hemos visto que las medidas de trabajo que han sido implementadas por muchas autoridades nacionales, como por ejemplo el teletrabajo u horarios de trabajo flexibles, pueden tener un beneficio positivo para toda la sociedad y en especial, podrían mantenerse o ser aplicadas a los pacientes con EII fuera de este contexto, siempre que su tipo de trabajo lo permita”, sostuvo Escati Peñaloza.
Las trabas dentro del propio ámbito laborar suelen ser una dificultad para los pacientes con EII, por eso es clave eliminar factores de estrés y proporcionar condiciones más flexibles. Hay varias medidas que pueden ser tomadas en el lugar de trabajo a fin de promover una mayor inclusión de los trabajadores con EII. Entre ellas, permitir tiempo libre para citas médicas o tratamiento, acceso ilimitado al baño o situar el puesto de trabajo cerca del mismo.
Por su parte, el doctor Juan Lasa, médico gastroenterólogo del Hospital Británico y CEMIC, tras la evaluación de los datos preliminares de una encuesta realizada por la Fundación Más Vida de Crohn & Colitis Ulcerosa y especialistas del Servicio de Gastroenterología del Hospital Británico, advirtió: “Aquellas personas con EII que se encuentran desempleadas, perciben con mayor frecuencia síntomas de dolor abdominal y urgencia defecatoria respecto de las que se encuentran trabajando activamente, jubilados o estudiantes”. Y agregó: “Podemos afirmar que el trabajo implica un aporte al bienestar psicológico del paciente, generando así, un impacto positivo en la percepción de la severidad de una condición crónica de salud como las EII”.
“Si bien las EII aún no tienen cura definitiva, es fundamental la consulta precoz con el gastroenterólogo, dado que existen diferentes tratamientos destinados no sólo a reducir la severidad y duración de los síntomas, sino también a obtener la curación del intestino para evitar o retrasar recaídas o complicaciones y mejorar la calidad de vida del paciente actual y futura”, afirmó el doctor Juan Andrés De Paula, presidente de GADECCU.
Enfermedades Inflamatorias Intestinales y COVID-19
Ante la pandemia de COVID-19, es importante despejar las dudas más frecuentes en torno a los pacientes con estas enfermedades y su situación en este contexto. “Las EII per se no parecen conferir un riesgo incrementado de contraer COVID-19. Esto significa que el riesgo de contagio es similar a lo estimado para la población general - es decir, alto - pero no más alto cuando se los compara con personas sin EII”, explicó Lasa. Incluso, las recomendaciones son las mismas que para el resto, e incluyen “lavado de manos frecuente, adoptar medidas de distanciamiento social, uso de cubreboca en la vía pública y la consulta precoz ante la presencia de fiebre y/o síntomas respiratorios”.
Sin embargo, sí se deben considerar pacientes de mayor riesgo a individuos con EII en tratamiento con corticoides, inmunosupresores y/o biológicos, malnutrición, edad de 65 años o más, necesidad de visitas frecuentes al hospital, enfermedades concomitantes como hipertensión arterial, diabetes, etc. y embarazo.

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