Uno de los más golpeados fue Francia, que alcanzó el viernes un nuevo máximo tras sumar 20.339 positivos en un día, además de 62 muertos, lo que elevó el balance total a 691.977 infectados y 32.630 muertos, según el último reporte oficial. El país enfrentará ‘seis meses muy difíciles’ por la crisis sanitaria de Covid-19 que, en el mejor de los casos, empezaría a remitir recién a mediados del año que viene, y próximamente sumará 4.000 camas en hospitales para bajar la presión del sistema de salud, dijeron hoy autoridades y científicos del Gobierno. También Italia contabilizó 5.372 casos en las últimas veinticuatro horas, una cifra que no se producía desde el mes de marzo, en los peores momentos de la crisis. Este aumento supone más del doble de las infecciones detectadas hace solo una semana (2.499 el 2 de octubre) y confirma la tendencia al alza de los últimos días. En tanto, en Alemania, la canciller Ángela Merkel y los alcaldes de las once principales ciudades del país reconocieron que se enfrentan al reto de controlar el incremento de contagios en los centros urbanos, tras un nuevo repunte de casos de Covid-19. En España, uno de los países más afectados por la segunda ola que atraviesa el continente europeo, el Gobierno impuso por decreto un estado de alarma por coronavirus durante 15 días en Madrid y municipios aledaños para reinstaurar un confinamiento perimetral revocado por la Justicia tras un recurso de las autoridades regionales, a las que acusó de ‘no hacer nada’ ante un explosivo avance de la Covid-19.
Con este escenario como posible espejo, el infectólogo Roberto Debbag, vicepresidente de la Sociedad Latinoamericana Infectología Pediátrica, explicó en diálogo con TN sobre cómo concibe el devenir de la pandemia en Argentina.
“La Ciudad de Buenos Aires, y el primer y el segundo cordón tienen una estabilidad con descenso. Se infectó una gran cantidad de personas. Alrededor del 7% de los porteños tiene una PCR positiva, un diagnóstico de infección. Pero hay un coeficiente de corrección y correlación. Es un número que multiplicándolo por el PCR positivos, da la cantidad real de infectados. Estimo que más del 45% de los ciudadanos de la Ciudad, ya se infectaron. Por esto baja la velocidad”, contextualizó el especialista, quien además forma parte del equipo que asesora al Gobierno. “En Argentina, no tenemos los testeos y la infección llega al 45%, el virus tiene una dificultad para encontrar a una personas que esté sin infección".
A continuación definió la ‘historia natural de la infección’, lo que permite vislumbrar el escenario posible en el país: “Estamos viviendo la historia natural de la infección. Un ejemplo: cuando yo tengo una neumonía, tomo un antibiótico y sé que a los dos días dejo de tener fiebre y me curo. Si yo no lo tomara, la evolución natural de la enfermedad es que voy a estar con la enfermedad entre 10 y 14 días, puedo morirme, puedo complicarme o puedo curarme”.
¿Segunda ola de coronavirus en Argentina?
“¿Qué pasa en Argentina?”, se pregunta Debbag y contesta: “No se están haciendo las medidas efectivas para controlar la pandemia y está tomando la evolución natural. ¿Es mala? Depende de cómo lo veamos. Sí es mala porque se siguen acumulando pacientes fallecidos, pero si miramos en este momento para atrás y si la Ciudad de Buenos Aires y primeros cordones del conurbano tenemos más del 45% de infectados, posiblemente no tengamos segunda ola como pasa en España, Italia..."
Entre sus argumentaciones detalló la diferencia de los países europeos con Argentina: “Estos países disminuyeron la velocidad del crecimiento y controlaron los casos con el 10% de la población infectada y con testeos. En Argentina, no tenemos los testeos y llega al 45% la infección, el virus tiene una dificultad para encontrar a una persona que esté sin infección. Es decir, si yo salgo a la calle, y me encuentro con 10 personas: entre 4 y 5 posiblemente tuvieron la infección”.
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