miércoles, 19 de mayo de 2021

Suero equino: ‘Vemos que se acentúan las tendencias de mejoras clínicas’...

Frente al marcado aumento de casos de Covid-19 que se registra en todo el país, algunas instituciones médicas de Córdoba comenzaron a implementar alternativas terapéuticas que no estaban disponibles en la primera ola de infecciones, ocurrida el año pasado. Una de ellas es la del suero equino, un medicamento basado en anticuerpos policlonales producidos por equinos que luego se aplican a la persona infectada.

Para entender más de qué se trata el CoviFab, nombre con que se registró a este tratamiento, se entrevistó a Fernando Goldbaum, director científico del laboratorio biotecnológico Inmunova, quien también dirige el Laboratorio de Inmunología y Microbiología Molecular de la Fundación Instituto Leloir.

—¿Cómo se define el suero equino? ¿Es un medicamento, un tratamiento?

—Es un medicamento que se puede aplicar en dos dosis. Es una inmunoterapia pasiva. Esa es la mejor forma de describirlo. ¿Qué significa esto? Que son anticuerpos obtenidos de otra fuente y se administra de forma pasiva al receptor, que en este caso es el paciente. Pasivo o activo tiene que ver con dónde se produce la respuesta activa. Por ejemplo, en las vacunas la respuesta inmune se produce en el organismo de la persona, eso es respuesta inmune activa. Pasiva es cuando le transfieren la respuesta inmune producida en otro lado. Lo que hacemos nosotros es tomar un pedacito de la proteína spike o espiga, producimos grandes cantidades de esa proteína en el laboratorio y lo que hacemos es hiperinmunizar a caballos. Esos equinos producen una gran cantidad de anticuerpos, a estos anticuerpos los tratamos en el laboratorio y con los fragmentos ya purificados elaboramos el medicamento. El medicamento tiene la capacidad muy grande de neutralizar el virus.

—¿Qué diferencia tiene el suero equino respecto al plasma de pacientes convalecientes?

—El plasma es muy heterogéneo porque depende de la respuesta inmune de cada paciente. Nuestro medicamento es más homogéneo. Es un vial que siempre tiene la misma cantidad de anticuerpos. El poder neutralizante que demostramos en el Malbrán y en el Instituto Vanella, mostró una potencia 100 veces mayor. Esas son las dos ventajas.

—En diciembre Anmat les dio una aprobación de emergencia. ¿Qué significa eso?

—Nuestro ensayo clínico, que hicimos entre agosto y noviembre del año pasado, mostró resultados muy alentadores y tendencias, pero se necesita seguir analizando la seguridad y la eficacia. La aprobación en condiciones especiales de Anmat se adapta perfectamente a una situación como la de la pandemia, porque si nosotros tuviéramos que hacer un nuevo ensayo clínico demoraríamos un año más y no sería útil tener listo un medicamento para la pandemia cuando haya terminado. Nos exigen un plan de monitoreo muy estricto. Todos los pacientes que reciben este tratamiento ingresan a una base de datos, firman un consentimiento informado y vamos midiendo la seguridad y la eficacia. Nosotros acabamos de entregar un informe de dos mil pacientes más.

—¿Qué dijo ese nuevo informe?

—Nuestro nuevo ensayo clínico salió publicado en una revista que pertenece al grupo The Lancet. El medicamento se muestra como muy seguro, el trabajo biotecnológico que hacemos genera que no se produzcan reacciones adversas contra el medicamento. Eso ya se verifica en más de 2.000 pacientes. En cuanto a la eficacia vemos que se acentúan las tendencias de mejoras clínicas. Estamos viendo, un año después, datos mucho más claros que son los que más interesan a todo el mundo y tienen que ver con la mortalidad, la cantidad de pacientes que entran a terapia intensiva y la cantidad de pacientes que necesitan ventilación mecánica. En esos tres aspectos, vemos una proporción muy baja, alrededor de un 10% de pacientes necesitaron respiración asistida o que debieron ingresar a terapia intensiva. En general esa proporción va del 17% al 35%. Es una baja importante en la necesidad de entrar a terapia. También se ve una mortalidad muy baja, menor al 10%, porcentaje que habíamos visto en el ensayo clínico, pero que se ratificó con esta muestra mucho más amplia. Además es importante destacar que se aplicó en un 85% de pacientes graves y un 15% de pacientes moderados.

Cautela entre terapistas cordobeses

Se consultó a varios jefes de terapias intensivas de la ciudad quienes se mostraron cautelosos a la hora de expresar conclusiones sobre la utilización de este medicamento. En líneas generales coincidieron en que es un tratamiento que está en estudio y que se deberán esperar resultados de Fase 3 para obtener conclusiones más contundentes. Otros profesionales también comentaron que al igual que el plasma de convalecientes, hasta ahora ha funcionado mejor en algunos pacientes que en otros. P

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