Se espera que las tendencias positivas en el acceso global a la
educación disminuyan la prevalencia de la demencia en todo el mundo en 6,2
millones de casos para el año 2050 pero que, al mismo tiempo, las tendencias en
el tabaquismo, el índice de masa corporal elevado y la hiperglucemia aumenten
la prevalencia en casi la misma cifra: 6,8 millones de casos, según los nuevos
datos de prevalencia mundial comunicados en la Conferencia Internacional de la
Asociación de Alzheimer (AAIC) 2021, la reunión internacional más grande e
influyente dedicada al avance de la ciencia de la demencia.
Con estas previsiones los investigadores del Instituto de Métrica y
Evaluación de la Salud de la Facultad de Medicina de la Universidad de
Washington informaron en la AAIC 2021 que estiman que el número de personas con
demencia casi se triplicará hasta superar los 152 millones en 2050.
“Las mejoras en el estilo de vida de los adultos en los
países desarrollados y en otros lugares -incluyendo un mayor acceso a la
educación y una mayor atención a los problemas de salud del corazón- han
reducido la incidencia en los últimos años, pero el número total de personas
con demencia sigue aumentando debido al envejecimiento de la población -explicó
María C. Carrillo, directora científica de la Asociación de Alzheimer-. Además,
la obesidad, la diabetes y el sedentarismo en las personas más jóvenes están
aumentando rápidamente, y estos son factores de riesgo para la demencia”.
El Instituto Nacional del Envejecimiento de Estados Unidos estima que
las personas mayores de 65 años constituirán el 16% de la población mundial en
2050, frente al 8% de 2010. En la AAIC 2021 también se presentaron otros dos
estudios de prevalencia/incidencia que han revelado que cada año se estima que
10 de cada 100.000 personas desarrollan demencia de inicio temprano (antes de
los 65 años). Esto corresponde a 350.000 nuevos casos de demencia de inicio
temprano por año, a nivel mundial.
Para pronosticar con mayor precisión la prevalencia mundial de la
demencia y producir estimaciones a nivel de país, Emma Nichols, investigadora
del Instituto de Métrica y Evaluación de la Salud de la Facultad de Medicina de
la Universidad de Washington, y sus colegas aprovecharon los datos de 1999 a
2019 del estudio de la Carga Mundial de la Enfermedad (GBD), un conjunto
completo de estimaciones de las tendencias de salud en todo el mundo. Este
estudio también pretendía mejorar las previsiones anteriores incorporando
información sobre las tendencias de los factores de riesgo de la demencia.
Descubrieron que la demencia pasaría de una cifra estimada de 57,4 (50,4
a 65,1) millones de casos en todo el mundo en 2019, a una cifra estimada de
152,8 (130,8 a 175,6) millones de casos en 2050. Los mayores aumentos se
observarían en el África subsahariana oriental, África del Norte y Oriente
Medio. Su análisis sugirió que los aumentos previstos de casos podían
atribuirse, en gran medida, al crecimiento de la población y al envejecimiento,
aunque la importancia relativa de estos dos factores variaba según la región
del mundo.
Además, pronosticaron la prevalencia de la demencia atribuible al
tabaquismo, a un índice de masa corporal (IMC) elevado y a una glucosa
plasmática en ayunas alta, utilizando la relación prevista entre estos factores
de riesgo y la prevalencia de la demencia.
Encontraron un aumento de 6,8 millones de casos de demencia en todo el
mundo entre 2019 y 2050 debido específicamente a los cambios previstos en estos
factores de riesgo. Por otro lado, y a la inversa, los investigadores
descubrieron que los cambios esperados en los niveles de educación conducirán a
una disminución de la prevalencia de la demencia de 6,2 millones de individuos
en todo el mundo entre 2019 y 2050. En conjunto, estas tendencias opuestas
están cerca de equilibrarse.
“Estas estimaciones permitirán, a los responsables
políticos y a los decisores, comprender mejor los aumentos previstos en el
número de individuos con demencia, así como los impulsores de estos aumentos en
un entorno geográfico determinado -apuntó Nichols-. El gran aumento previsto en
el número de individuos con demencia subraya la necesidad vital de una
investigación centrada en el descubrimiento de tratamientos modificadores de la
enfermedad e intervenciones eficaces de bajo coste para la prevención o el
retraso de la aparición de la demencia”.
Recientemente publicado en Alzheimer's & Dementia: The Journal of the Alzheimer's
Association, Nichols y su equipo utilizaron el mismo conjunto de
datos para estimar que las tasas de mortalidad por Alzheimer aumentaron un
38,0% entre 1990 y 2019.
“Sin tratamientos eficaces para detener, ralentizar o
prevenir el Alzheimer y todas las demencias, esta cifra crecerá más allá de
2050 y seguirá afectando a las personas, los cuidadores, los sistemas de salud
y los gobiernos a nivel mundial -advirtió Carrillo-. Además de la terapéutica,
es fundamental descubrir intervenciones culturalmente adaptadas que reduzcan el
riesgo de demencia a través de factores de estilo de vida como la educación, la
dieta y el ejercicio”.
El estudio de la Asociación de Alzheimer de Estados Unidos para proteger
la salud cerebral a través de la intervención en los estilos de vida para reducir
el riesgo (U.S. POINTER) es un ensayo clínico de dos años para evaluar si las
intervenciones en el estilo de vida que se dirigen simultáneamente a muchos
factores de riesgo protegen la función cognitiva en los adultos mayores que
están en mayor riesgo de deterioro cognitivo.
Los datos sobre la demencia de inicio más joven (DAM), una forma de
demencia en la que los síntomas aparecen antes de los 65 años, son
extremadamente limitados. Para conocer mejor la incidencia de la DAM, Stevie
Hendriks, estudiante de la Universidad de Maastricht (Países Bajos), y sus
colegas realizaron una revisión bibliográfica sistemática de todos los estudios
publicados en los últimos 30 años que daban cifras sobre cuántas personas
desarrollaban demencia antes de los 65 años.
Descubrieron que, en general, la tasa de incidencia global era de 10
nuevos casos cada año por cada 100.000 personas. También comprobaron que la
incidencia aumenta con la edad. Esto sugiere que alrededor de 350.000 personas
en todo el mundo desarrollan demencia de inicio temprano cada año. Las tasas de
incidencia para hombres y mujeres fueron similares, y fueron más altas para la
enfermedad de Alzheimer, seguida de la demencia vascular y la demencia
frontotemporal.
“Nuestros resultados deberían sensibilizar a los
profesionales de la salud, a los investigadores y a los responsables políticos,
ya que muestran que un número significativo de personas se ven afectadas por la
demencia de inicio joven cada año -apuntó Hendriks-. Esto demuestra la
necesidad de invertir en una asistencia sanitaria adaptada a este grupo
especial de pacientes y de investigar más sobre cómo podemos apoyar, pero
también prevenir y tratar mejor la demencia de inicio joven”. BP
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