domingo, 22 de agosto de 2021

Los casos de demencia podrían triplicarse en el 2050…

Se espera que las tendencias positivas en el acceso global a la educación disminuyan la prevalencia de la demencia en todo el mundo en 6,2 millones de casos para el año 2050 pero que, al mismo tiempo, las tendencias en el tabaquismo, el índice de masa corporal elevado y la hiperglucemia aumenten la prevalencia en casi la misma cifra: 6,8 millones de casos, según los nuevos datos de prevalencia mundial comunicados en la Conferencia Internacional de la Asociación de Alzheimer (AAIC) 2021, la reunión internacional más grande e influyente dedicada al avance de la ciencia de la demencia.
Con estas previsiones los investigadores del Instituto de Métrica y Evaluación de la Salud de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington informaron en la AAIC 2021 que estiman que el número de personas con demencia casi se triplicará hasta superar los 152 millones en 2050.
Las mejoras en el estilo de vida de los adultos en los países desarrollados y en otros lugares -incluyendo un mayor acceso a la educación y una mayor atención a los problemas de salud del corazón- han reducido la incidencia en los últimos años, pero el número total de personas con demencia sigue aumentando debido al envejecimiento de la población -explicó María C. Carrillo, directora científica de la Asociación de Alzheimer-. Además, la obesidad, la diabetes y el sedentarismo en las personas más jóvenes están aumentando rápidamente, y estos son factores de riesgo para la demencia”.
El Instituto Nacional del Envejecimiento de Estados Unidos estima que las personas mayores de 65 años constituirán el 16% de la población mundial en 2050, frente al 8% de 2010. En la AAIC 2021 también se presentaron otros dos estudios de prevalencia/incidencia que han revelado que cada año se estima que 10 de cada 100.000 personas desarrollan demencia de inicio temprano (antes de los 65 años). Esto corresponde a 350.000 nuevos casos de demencia de inicio temprano por año, a nivel mundial.
Para pronosticar con mayor precisión la prevalencia mundial de la demencia y producir estimaciones a nivel de país, Emma Nichols, investigadora del Instituto de Métrica y Evaluación de la Salud de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington, y sus colegas aprovecharon los datos de 1999 a 2019 del estudio de la Carga Mundial de la Enfermedad (GBD), un conjunto completo de estimaciones de las tendencias de salud en todo el mundo. Este estudio también pretendía mejorar las previsiones anteriores incorporando información sobre las tendencias de los factores de riesgo de la demencia.
Descubrieron que la demencia pasaría de una cifra estimada de 57,4 (50,4 a 65,1) millones de casos en todo el mundo en 2019, a una cifra estimada de 152,8 (130,8 a 175,6) millones de casos en 2050. Los mayores aumentos se observarían en el África subsahariana oriental, África del Norte y Oriente Medio. Su análisis sugirió que los aumentos previstos de casos podían atribuirse, en gran medida, al crecimiento de la población y al envejecimiento, aunque la importancia relativa de estos dos factores variaba según la región del mundo.
Además, pronosticaron la prevalencia de la demencia atribuible al tabaquismo, a un índice de masa corporal (IMC) elevado y a una glucosa plasmática en ayunas alta, utilizando la relación prevista entre estos factores de riesgo y la prevalencia de la demencia.
Encontraron un aumento de 6,8 millones de casos de demencia en todo el mundo entre 2019 y 2050 debido específicamente a los cambios previstos en estos factores de riesgo. Por otro lado, y a la inversa, los investigadores descubrieron que los cambios esperados en los niveles de educación conducirán a una disminución de la prevalencia de la demencia de 6,2 millones de individuos en todo el mundo entre 2019 y 2050. En conjunto, estas tendencias opuestas están cerca de equilibrarse.
Estas estimaciones permitirán, a los responsables políticos y a los decisores, comprender mejor los aumentos previstos en el número de individuos con demencia, así como los impulsores de estos aumentos en un entorno geográfico determinado -apuntó Nichols-. El gran aumento previsto en el número de individuos con demencia subraya la necesidad vital de una investigación centrada en el descubrimiento de tratamientos modificadores de la enfermedad e intervenciones eficaces de bajo coste para la prevención o el retraso de la aparición de la demencia”.
Recientemente publicado en Alzheimer's & Dementia: The Journal of the Alzheimer's Association, Nichols y su equipo utilizaron el mismo conjunto de datos para estimar que las tasas de mortalidad por Alzheimer aumentaron un 38,0% entre 1990 y 2019.
Sin tratamientos eficaces para detener, ralentizar o prevenir el Alzheimer y todas las demencias, esta cifra crecerá más allá de 2050 y seguirá afectando a las personas, los cuidadores, los sistemas de salud y los gobiernos a nivel mundial -advirtió Carrillo-. Además de la terapéutica, es fundamental descubrir intervenciones culturalmente adaptadas que reduzcan el riesgo de demencia a través de factores de estilo de vida como la educación, la dieta y el ejercicio”.
El estudio de la Asociación de Alzheimer de Estados Unidos para proteger la salud cerebral a través de la intervención en los estilos de vida para reducir el riesgo (U.S. POINTER) es un ensayo clínico de dos años para evaluar si las intervenciones en el estilo de vida que se dirigen simultáneamente a muchos factores de riesgo protegen la función cognitiva en los adultos mayores que están en mayor riesgo de deterioro cognitivo.
Los datos sobre la demencia de inicio más joven (DAM), una forma de demencia en la que los síntomas aparecen antes de los 65 años, son extremadamente limitados. Para conocer mejor la incidencia de la DAM, Stevie Hendriks, estudiante de la Universidad de Maastricht (Países Bajos), y sus colegas realizaron una revisión bibliográfica sistemática de todos los estudios publicados en los últimos 30 años que daban cifras sobre cuántas personas desarrollaban demencia antes de los 65 años.
Descubrieron que, en general, la tasa de incidencia global era de 10 nuevos casos cada año por cada 100.000 personas. También comprobaron que la incidencia aumenta con la edad. Esto sugiere que alrededor de 350.000 personas en todo el mundo desarrollan demencia de inicio temprano cada año. Las tasas de incidencia para hombres y mujeres fueron similares, y fueron más altas para la enfermedad de Alzheimer, seguida de la demencia vascular y la demencia frontotemporal.
Nuestros resultados deberían sensibilizar a los profesionales de la salud, a los investigadores y a los responsables políticos, ya que muestran que un número significativo de personas se ven afectadas por la demencia de inicio joven cada año -apuntó Hendriks-. Esto demuestra la necesidad de invertir en una asistencia sanitaria adaptada a este grupo especial de pacientes y de investigar más sobre cómo podemos apoyar, pero también prevenir y tratar mejor la demencia de inicio joven”. BP

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