Mártir, 31 de Marzo
Martirologio Romano: En
la aldea de Rawensbrück, en Alemania, beata Natalia Tulasiewicz, mártir, que al
ser ocupada Polonia militarmente fue recluida en un campo de concentración por
los nazis y, a causa de la inhalación de gases, entregó su alma al Señor
(1945).
Etimológicamente: Natalia
= Aquella que ha nacido, es de origen latino.
Fecha de
beatificación: 13 de
junio de 1999, junto a otros 107 mártires polacos de la Segunda Guerra
Mundial.
Natalia Tulasiewicz
nació en la región polaca de Rzeszów en Polonia el 9 de abril de 1906. Se cría
en un ambiente familiar católico y los valores aprendidos en el hogar no los
perderá cuando más adelante se instale en la ciudad de Poznan. Todo lo contrario.
Natalia no hace oposiciones entre sus ansias juveniles de entrega y de servicio
con la vivencia sincera de su fe. Ella ha entendido que la vida y la fe van de
la mano y que la santidad puede ser vivida en lo cotidiano. Por estos tiempos
los laicos van tomando mayor conciencia de su misión de santificar el mundo y
Natalia se une al gran movimiento de apostolado laical que se da en la Iglesia,
convirtiéndose en una entusiasta animadora de este tipo de apostolado.
A mediados de
septiembre de 1939, la católica Polonia va a sufrir uno de los períodos más
dolorosos de su historia. Casi simultáneamente es invadida por el oeste por la
Alemania nazi de Hitler y por el este por el Ejército Rojo soviético de Stalin.
Estos dos regímenes eran abiertamente contrarios al catolicismo y en el lapso
de pocos años exterminaron a más de seis millones de polacos.
A Natalia, como a
toda su generación, le tocó presenciar con impotencia como su nación era
aniquilada. Ella confiaba en Dios y sabía que el mal nunca tiene la última
palabra, por más que por momentos parezca invencible. Cargada de valor se
entrega a infundir esperanza entre sus compatriotas, animándoles a esperar en
el Señor y a confiarse a su protección. Pero su apostolado no solo se quedó en
los consejos, al enterarse de que muchas mujeres polacas estaban siendo
enviadas a Alemania a realizar trabajos forzados, ella parte libremente con
ellas para poder ayudarlas espiritualmente.
En abril de 1944 la
GESTAPO, que era la policía secreta política del régimen nazi, descubre su
acción y la arrestó. Fue atrozmente torturada y humillada públicamente para ser
luego enviada al campo de concentración de Rawensbrück. Era Viernes Santo de
1945, sus fuerzas son pocas luego de los maltratos sufridos; sin embargo, esta
admirable mujer sale de su barraca y proclama un emotivo discurso sobre la
Pasión y Resurrección del Señor que llena de esperanza a los creyentes. El Señor
tiene un hermoso gesto de ternura hacia su hija Natalia, pues dos días después,
el 31 de marzo, Domingo de Resurrección, es trasladada a la cámara de gas donde
entrega su alma al Señor de la Vida.
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