El consumo excesivo de alimentos y bebidas con
azúcar es uno de los principales factores de la epidemia global de obesidad.
Sobre los edulcorantes, la alternativa para endulzar sin añadido de calorías,
pesan todavía en algunos ámbitos ciertas dudas relacionadas con su inocuidad y
su eficacia en el tratamiento de la obesidad y la diabetes.
Para sentar posición al respecto, un grupo
integrado por más de 60 expertos publicó el primer Consenso Iberoamericano
sobre edulcorantes bajos en calorías o sin ellas.
El documento elaborado por la Fundación para la
Investigación Nutricional (FIN) -del que participaron profesionales argentinos-
destaca la seguridad del consumo de edulcorantes y sostiene que es
especialmente beneficioso para pacientes con diabetes, en programas de control
de peso y para la salud dental.
La investigación se realizó con el apoyo de 43
organizaciones y fundaciones internacionales de alimentación, nutrición,
dietética y medicina, así como universidades y otros centros. Fue publicada en
la revista científica Nutrients.
El principal objetivo del consenso, según señaló
uno de sus impulsores, el profesor español Lluís Serra-Majem, profesor de
Medicina Preventiva y Salud Pública y presidente de la FIN, es “proporcionar
información útil y basada en evidencia científica para contribuir a la
reducción del consumo de azucares añadidos a partir de alimentos y bebidas”.
Ese propósito se encuentra alineado con las
recomendaciones propuestas por las autoridades sanitarias de salud pública,
añadió Serra-Majem, también director del Instituto de Investigaciones
Biomédicas y Sanitarias de la Universidad española de Las Palmas de Gran
Canaria.
Los edulcorantes son aditivos alimentarios que son
utilizados desde hace más de un siglo por consumidores de todo el mundo para
mantener el sabor dulce de los alimentos, pero sin añadir la energía de los
azúcares, señala la FIN.
“Recientes revisiones sistemáticas y metaanálisis
han evaluado y confirmado los beneficios de este tipo de edulcorantes en
pacientes con diabetes por su contribución a la mejora del control glucémico,
cuando se utilizan para sustituir azúcares”, argumentó el doctor mexicano Hugo
Laviada, de la Universidad Marista de Mérida (México).
Por su parte, Susana Socolovsky, doctora en
Ciencias Químicas de la Universidad de Buenos Aires y presidenta de la
Asociación Argentina de Tecnólogos de la Alimentación, subrayó: “El objetivo es
que el consumidor esté siempre debidamente informado y pueda reconocer la
presencia de estos ingredientes en los alimentos a su alcance”.
Este primer Consenso Iberoamericano recoge las
conclusiones de una reunión celebrada hace un año en Lisboa, organizada por la
FIN, en la que participaron 67 expertos en nutrición y dietética,
endocrinología, salud pública, actividad física y del deporte, pediatría,
enfermería, toxicología y legislación alimentaria.
Principales
conclusiones del consenso
·
Los edulcorantes están entre los componentes
dietéticos más evaluados y su seguridad ha sido revisada y confirmada por
organismos reguladores de todo el mundo, incluida la Organización Mundial de la
Salud y la Administración de Alimentos y Medicamentos de los EEUU (FDA), entre
otras.
·
La educación del consumidor, que se basa en la
evidencia científica más sólida y los procesos regulatorios en el uso de
productos que contienen edulcorantes debe fortalecerse de una manera integral y
objetiva.
·
El uso de edulcorantes en los programas para
adelgazar que implican reemplazar los endulzantes calóricos puede favorecer la
reducción de peso sostenible. Además, su uso en programas de control de la
diabetes puede contribuir a un mejor control de la glucemia en los pacientes,
aunque con resultados modestos. También proporcionan beneficios para la salud
dental cuando se usan en lugar de azúcares libres.
·
Se propone que los alimentos y bebidas con
edulcorantes puedan incluirse en las directrices nutricionales como opciones alternativas
a los productos endulzados con azúcares libres.
·
Se requiere una educación continua de los
profesionales de la salud, ya que son una fuente clave de información sobre
cuestiones relacionadas con la alimentación y la salud, tanto para la población
en general como para los pacientes. Con esto en mente, la publicación de
declaraciones de posición y documentos de consenso en la literatura académica
es extremadamente deseable. BP
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