domingo, 24 de mayo de 2020

Nada de pantallas antes de dormir para evitar desvelarse

Para dormir bien por las noches es importante evitar ciertos hábitos arraigados en la sociedad y seguir unos consejos para que los pequeños de la casa descansen, pero para que también lo hagan los mayores. Un buen descanso nocturno no solamente se basa en acostarse a una hora apropiada, significa además dormirse rápido y disfrutar de un sueño profundo y reparador. Como no siempre es sencillo, algunas pautas ayudarán a que lo sea.
Lo primero que debemos tener en cuenta es la importancia de que las horas previas a irse a la cama no sean ni muy estimulantes ni estresantes, porque eso dificulta el sueño de todos los miembros de la familia. Deben realizarse por la noche actividades relajantes y tranquilas.
Los expertos recomiendan también no realizar deporte antes de acostarse, porque la temperatura corporal aumenta durante los ejercicios cardiovasculares, lo que podría dificultar el sueño. Sin embargo, se recomienda la práctica de algunas posturas de Yoga no agresivas o, incluso, la meditación para irse a la cama con la mente descansada y sin preocupaciones, lo que ayudará al descanso.
Un hábito muy extendido entre los jóvenes y adultos es mirar el móvil un rato largo antes de acostarse, actualizando las redes sociales, revisando el correo electrónico o las aplicaciones. Pero también lo es entre los más pequeños con las 'tablets' y los videojuegos. La luz blanca emitida por estas pantallas digitales activa el cerebro y evita que este mande señales al cuerpo para dormir. Por tanto, es una costumbre que daña seriamente la calidad del sueño.
Si queremos dormir rápido y tener un sueño reparador, debemos evitar tomar bebidas con cafeína por la tarde, porque sus efectos se pueden alargar hasta la hora de irse a la cama. En cuanto a los niños, es recomendable que no ingieran bebidas estimulantes a ninguna hora del día.
Además, es aconsejable no merendar ni cenar alimentos grasientos. En general, comer cualquier alimento una hora antes de acostarse puede dañar tanto la calidad como la cantidad del sueño, pero, si además son alimentos grasientos, dificulta más aún el sueño debido a la pesadez de estómago.

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