“Confortará
mi alma; Me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre” Salmo 23:3
Muchas veces en
el caminar de mi existencia por las circunstancias que me han rodeado he
perdido el camino, el gozo, la tranquilidad y el sonido de su voz. Y entonces
he comenzado a sentir la soledad y la angustia. En esos momentos he sido
sorprendido por la forma tierna, dulce y amorosa que el Buen Pastor ha tratado
con mi alma. El Buen Pastor me ha confortado con su mano. La palabra confortar
en el Antiguo testamento tiene el significado de “Traer de regreso al camino”.
Sí, el Buen Pastor me ha traído de regreso a su camino y de esa forma ha
confortado mi alma.
Hoy,
recuerdo este pasaje y mi corazón salta de gozo, porque lo he experimentado en
múltiples ocasiones. Se por experiencia propia que el Señor es mi dulce
Pastor. No solamente es mi dulce pastor pero también es mi restaurador y mi
confortador. El me guía siempre por sendas de justicia por amor de su nombre.
Cuando extravío el camino, él llega con ternura y me hace regresar al camino de
él. En ese regreso experimento los momentos más tiernos de su presencia y la
seguridad más profunda de que jamás mi vida se perderá, porque en sus manos yo
estoy seguro y plenamente satisfecho.
Las
dificultades se pueden multiplicar hoy a lo largo del camino que tengo que
recorrer. Las dudas pueden agolparse como multitud de personas para
angustiarme. Los dolores se pueden asomar sigilosamente por entre los arbustos
para acecharme. Las debilidades pueden proliferar como alimañas destinadas
a hacerme perder el equilibrio, pero por encima de todo puedo ver la figura
esbelta, segura y firme de mi Buen Pastor, quién con su mano extendida y su
sonrisa amorosa me dice… No temas… estoy contigo. Yo no te dejaré.
Gracias Señor por ser mi restaurador. Cuando yo pierdo el camino, la
paz y el gozo, tú llegas a mí con tu mano restauradora. Mi alma tiene gozo
porque tú eres mi restaurador. Tú, oh Buen Pastor me guías por sendas de
justicia. Hoy quiero vivir esta verdad y transitar por el sendero de la verdad
de tu fortalecimiento. Nada hay que pueda hacerme retroceder en el camino de la
verdad por donde tú me guías. Nada hay que me haga temblar de angustias, porque
en medio de la oscuridad puedo acudir a ti y encontrar en ti, la paz de
tu presencia. Enséñame hoy a seguir por tu senda sin perder el gozo y la paz de
espíritu que en ti puedo encontrar. Amén. SCG
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