David, expresando su confianza en Dios, dirá: “Dios es mi pastor” Conoces todo el salmo del pastor (Salmo 23), ¿pero conoces la voz del pastor?
Para seguirlo, debes escuchar y discernir esta voz cuyo deseo es guiarte hacia los verdes pastos cerca de una corriente de agua. El Señor va delante de ti.
Y sin embargo, sucede que algunas ovejas se pierden (Lc 15,4-6) y se encuentran en un foso, asustadas y angustiadas. ¿Cómo se puede perder una oveja? El pastor marcha delante de su rebaño que lo sigue al sonido de su voz. Pero si una sola de sus ovejas no escucha la voz del guía, entonces se aparta. La oveja perdida no es una extraña, forma parte integrante del rebaño. Por eso cuando el pastor la encuentra, exclama: “Alegraos conmigo pus, pues he encontrado mi oveja perdida” (Lc 15,6).
¿Cuántos hombres y mujeres que formaban parte del rebaño de Dios y quienes, en un momento determinado de su vida, ha conocido una historia semejante?
Si como esa oveja perdida no oyes ya la voz del divino pastor, si estás lleno de miedos y no sabes ya a dónde ir, quédate tranquilo y confiado. El pastor sabe cuando le falta una oveja. Su deseo es de socorrerte, cuidarte y llevarte a su voluntad. Me gustaría animarte diciéndote esto: “cuando el pastor se da cuenta de que le falta una oveja, sale enseguida a su búsqueda”.
Aprende a desarrollar un oído espiritual. A veces te sucede que te estás desconcertado ante la voluntad de Dios. Te haces preguntas. ¿Dónde voy a ir? ¿Cuál es mi llamada? Etc. Las ovejas siguen al pastor “Porque conocen su voz”. Haz su voluntad y reconoce su voz.
ORACIÓN PARA HOY: Señor, quiero estar más cerca de ti, para escuchar tu voz. Tú eres mi pastor y yo tu oveja, háblame pues deseo seguirte por el camino que has pensado para mí. Amén. FS
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