jueves, 18 de agosto de 2022

¿Cómo es la vida sin olfato?

El olfato de los seres humanos es capaz de distinguir más de un billón de olores diferentes. Pero ¿sabías que hay quienes no pueden distinguir esa inmensa variedad de olores? Estas personas son anósmicas, es decir, no cuenta con la capacidad para percibir olores. 
La anosmia es la pérdida del sentido del olfato. Puede ser un problema por sí mismo o un síntoma de otro problema de salud (por ejemplo, solía ocurrir tras una infección por COVID-19). La capacidad de oler depende de un revestimiento sano de la cavidad nasal, de las vías nasales abiertas y de la función normal de los nervios olfativos. Un problema con uno o más de estos puede conducir a la pérdida de olfato. 
La anosmia puede ser temporal o permanente. Aunque hay personas que nacen con este trastorno de manera congénita, lo habitual es que sea un trastorno adquirido. Los problemas con el sentido del olfato aumentan con el envejecimiento y son más comunes en los hombres que en las mujeres. 
Las causas más comunes de la anosmia son los problemas nasales, como pólipos nasales, senos bloqueados, alergias estacionales, sinusitis, rinitis, gripes o resfriado. La anosmia también puede tener causas estructurales, como una desviación del tabique nasal o la presencia de un cuerpo extraño en la nariz. 
Otra posibilidad es un problema con parte del sistema nervioso responsable del olfato. Algunos estudios han sugerido que la pérdida de olfato podría ser un signo temprano de una enfermedad neurodegenerativa, como la enfermedad de Alzheimer o la enfermedad de Parkinson. 
También afecta al gusto 
Quienes tienen anosmia también pueden notar problemas con el sentido del gusto. Cuando se altera el sentido del olfato algunas personas suelen cambiar sus hábitos alimenticios, comen muy poco e incluso pierden peso de forma involuntaria, mientras que otros, al contrario, pueden comer demasiado y aumentar de peso. 
Importancia 
Al igual que los demás sentidos, el sentido del olfato juega un papel importante en nuestra vida. A menudo es la primera señal que nos alerta sobre un peligro, como el humo de un incendio o el olor de una fuga de gas. Por lo tanto, la falta del sentido del olfato también puede ser peligrosa. Los especialistas incluso señalan que, debido a la íntima relación entre los olores y las emociones, la anosmia puede afectar el estado de ánimo y predisponer a la depresión. 
¿Cómo se diagnostica? 
Tanto los trastornos del olfato como los del gusto son diagnosticados por un otorrinolaringólogo, médico que se especializa en trastornos del oído, nariz y garganta. Una evaluación precisa de un trastorno del olfato incluirá un examen físico de los oídos, nariz y garganta, una revisión de la historia médica y una prueba del olfato administrada por un profesional de la salud. 
Tratamiento 
Si el origen es alguna obstrucción nasal, como pólipos que estén limitando el flujo de aire en la nariz, tal vez sea necesario realizar una cirugía para eliminarlos y restaurar el sentido del olfato. Los tratamientos con antiinflamatorios y antibióticos o la irrigación nasal se pueden utilizar para tratar casos relacionados con sinusitis u otras enfermedades. 
Algunas personas recuperan la capacidad para oler cuando mejoran de la enfermedad que causó la pérdida del olfato. Otras personas pueden recuperar el sentido del olfato de forma espontánea. Si el trastorno no puede ser tratado con éxito, se recomienda buscar apoyo psicológico para ayudar en la adaptación a la anosmia. HD

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