jueves, 1 de marzo de 2018

Los controles periódicos pueden prevenir o tratar el 80% de los casos de discapacidad visual

La vista se desarrolla desde el nacimiento a medida que la corteza cerebral recibe estímulos apropiados de ambos ojos, por lo que realizarse chequeos periódicos muy sencillos es de relevancia durante toda la vida.
La cifra mundial estimada de personas con discapacidad visual en la actualidad es de 253 millones. De este total, 36 millones padecen ceguera y 217 millones tienen discapacidad visual. La importancia del control oftalmológico de manera preventiva, aún sin síntomas visuales, radica en que más del 80% del total mundial de casos de discapacidad visual se pueden evitar o curar. 
Según estimaciones recientes, las principales causas mundiales de discapacidad visual y/o ceguera permanente o transitoria son los errores de refracción no corregidos (necesidad de lentes), las cataratas no operadas, la degeneración macular relacionada con la edad, la retinopatía diabética y el glaucoma, entre otras. Esto hace que sea muy importante realizar los controles oftalmológicos de manera periódica, a pesar de no tener ninguna molestia. 
En lo que respecta a los niños, se calcula que hay unos 19 millones con discapacidad visual, de los cuales 12 millones la padecen debido a errores de refracción.
Aproximadamente 1,4 millones de menores de 15 años sufren ceguera irreversible y necesitan acceso a servicios de rehabilitación visual para optimizar su funcionamiento y reducir la discapacidad. “Las cifras avalan la relevancia de los controles visuales en niños desde el nacimiento y a lo largo de toda la vida. El sistema visual del recién nacido es inmaduro y se va desarrollando a medida que la corteza cerebral recibe estímulos apropiados de ambos ojos durante los primeros años de vida. La etapa lábil de desarrollo de la corteza visual es desde el nacimiento y hasta los 8 años de vida aproximadamente”, explica la Dra. Laura Taverna, médica oftalmóloga de INEBA. 
Todas las patologías que no se puedan advertir en esa etapa pueden derivar en una ambliopía (falta de desarrollo de la corteza visual por falta de estímulo), lo que popularmente se conoce como “ojo perezoso”. El cerebro del ser humano en el área visual requiere de estímulo continuo para desarrollarse – lo que no sucede con otros órganos - y esto determinará la agudeza visual en la edad adulta. 
Dentro de las causas más comunes de “ojo perezoso” o ambliopía se encuentran la ametropía, es decir, la presencia de un vicio refractivo en ambos ojos, las hipermetropías, miopías y/o astigmatismos. También el estrabismo (los ejes oculares no están paralelos o alineados con el objeto de fijación). 
Otra causa es por la privación al cerebro de la visión nítida, como ocurre en casos de alteración de la transparencia de medios oculares (como, por ejemplo, en pacientes con cataratas, opacificaciones corneales, hemorragias en el vítreo, retinopatías, etc.). 
“Antes de comenzar el ciclo lectivo – y con una frecuencia anual - es recomendable hacer los chequeos correspondientes en niños. El examen es muy simple y consiste en toma de la agudeza visual, examen del ojo con lámpara de hendidura y un fondo de ojos para estudiar la retina y el nervio óptico. De manera rápida y sencilla se puede determinar la mayor parte de la patología y así prevenir y/o tratar posibles enfermedades oftalmológicas”, concluye la especialista de INEBA.

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