Agripina de Roma, Santa
Virgen y
Mártir, 23 de Junio
Martirologio Romano (1956): Santa Agripina, virgen y
mártir, Roma, en tiempo del Emperador Valeriano; su cuerpo resplandeciente en
muchos milagros fue trasladado a Sicilia (†
c.262).
Santo Tradicional - No incluido en el actual
Martirologio Romano
Es una santa que veneran por igual cristianos
católicos y ortodoxos, pero de la que realmente se sabe más bien poco. La tradición, que no merece credibilidad histórica,
nos habla de una mujer de noble abolengo que había consagrado su virginidad a
Cristo y vivía recluida en su casa, pero realizando obras de caridad con todos
los que llamaban a su puerta. Durante la persecución de Valeriano (257-260),
escandalizada por las matanzas de cristianos, pidió una audiencia con el
emperador y por ser de ilustre familia se la concedieron. Llevada ante
Valeriano le recriminó duramente su proceder con la comunidad cristiana e
instándole a convertirse si no quería ir al fuego eterno junto con sus dioses.
Cuando el césar le impelió a sacrificar, ella se negó rotundamente, por lo que
mandó castigarla. Fue severamente apaleada y le rompieron varios huesos, luego
de lo cual la encadenaron en la cárcel.
Tras varias sesiones semejantes, acabó por morir,
en la celda o en el tormento; y tres jóvenes piadosas, Paula, Basa y Agatónica,
tomaron su cadáver y lo llevaron a la basílica de San Pablo, donde fue
enterrada. Posteriormente un monje la desenterró y trasladó a Sicilia, donde
fue recibida por San Gregorio de Agrigento, quien la trasladó a la ciudad de
Mineo. En tiempos de Constantino, Severino, obispo de Catania, le levantó una
iglesia. En el siglo XI sus reliquias fueron desenterradas y llevadas a
Constantinopla para protegerlas de la profanación de la piratería turca.
Esto es lo que dice la tradición. Ahora bien, ¿qué
sabemos de la Agripina histórica? Ciertamente no hay que fiarse de la passio
porque ésta fue escrita en el siglo VIII y es, por tanto, considerablemente
posterior a la fecha de su martirio. Es por eso que el Laconi dice que esta
historia es poco verosímil; sin embargo, tiene puntos de verdad: las buenas
relaciones entre los monjes basilianos griegos de Sicilia con los de Roma, que
San Gregorio fue obispo de Agrigento, pero en el siglo VII-VIII y no en tiempos
de Constantino. En cuanto al tal Severo –que no Severino- sí fue obispo de
Catania, pero también en el siglo VII. Para explicar la popularidad de la
santa, el hagiógrafo Papebrochio determinó que la traslación de las reliquias
sería más tardía, pero no hay prueba de ello.
En conclusión: muy probablemente Santa Agripina es
una santa histórica, cuya existencia y martirio es real, pero de la que no se
sabe con certeza cómo fue martirizada. Es patrona de la ciudad de Mineo (en la
imagen) y de los emigrantes de esta ciudad en el barrio de North’s End en
Boston (EEUU) donde a fecha de hoy siguen celebrándole fiesta. Es protectora de
los leprosos, de quienes sufren enfermedades bacterianas y de las víctimas de
la tortura –por su martirio- y se la invoca contra los malos espíritus y
tempestades. Su iconografía consiste en una pequeña torre sobre un libro, una
cruz y la cabeza del césar Valeriano a sus pies.
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