¿Qué es el monóxido de carbono?
El monóxido de carbono
es un gas venenoso, sin color ni olor, por lo que se lo conoce como “el asesino
invisible”. Este gas se produce por la combustión incompleta del carbono
presente en materiales tales como leña, carbón de leña, gas, kerosene, alcohol,
gasoil, nafta.
Cada año mueren unas 200
personas por intoxicación por monóxido de carbono
¿Cómo se produce?
La inhalación e
Intoxicación por monóxido de carbono produce que se reemplace al oxígeno en el
torrente sanguíneo por este gas. En consecuencia, la falta de oxígeno daña el
corazón, el cerebro y otras partes del cuerpo.
¿Cuáles son sus síntomas?
Los síntomas pueden
variar de una persona a otra. Quienes tienen mayor riesgo de intoxicación son
los niños pequeños, los adultos mayores, las personas con enfermedades
cardíacas y/o pulmonares, los fumadores y las personas que habitan en zonas de
gran altitud.
El principal riesgo de
este tipo de intoxicación es que en muchos casos la persona no es consciente de
los síntomas. Éstos pueden ser:
§ Dolor
de cabeza.
§ Náuseas
o vómitos.
§ Mareos,
acompañados de cansancio.
§ Letargo
o confusión.
§ Desmayo
o pérdida de conocimiento.
§ Alteraciones
visuales.
§ Convulsiones.
§ Estado
de coma.
§ Pueden
producirse otros síntomas parecidos a una intoxicación alimentaria, un cuadro
gripal, un problema neurológico o cardíaco. Es decir, ante la inhalación de
este gas venenoso, puede parecer que la persona tiene otra patología.
Ante la sospecha de estar sufriendo intoxicación
por monóxido de carbono:
§ Abrir
ventanas y puertas.
§ Salir
a tomar aire fresco inmediatamente.
§ Apagar
los artefactos de gas.
§ Concurrir
con urgencia a un centro de salud u hospital y/o comunicarse inmediatamente con
un servicio de emergencias médicas.
¿Cómo se puede prevenir?
Para prevenir la
intoxicación por monóxido de carbono es elemental el control de las
instalaciones y el buen funcionamiento de artefactos así como es importante
mantener los ambientes bien ventilados:
Control de instalaciones:
§ Controlar
la correcta instalación y el buen funcionamiento de los artefactos: calefones,
termotanques, calentadores, estufas a gas, salamandras, hogares a leña,
calderas, cocinas, faroles, motores de combustión interna en automóviles y
motos, braseros.
§ Examinar
especialmente las salidas al exterior de hornos, calefones, estufas y calderas
para asegurarse que están permeables y en buen estado.
§ Hacer
una verificación de las instalaciones con personal matriculado que pueda
identificar y corregir los desperfectos de la fuente generadora de monóxido de
carbono.
§ Existen
distintos signos que muestran que un artefacto no está funcionando bien y
vuelve urgente hacer revisar la conexión por un gasista matriculado.
§ Comprobar
que la llama de estufas y hornallas sea siempre de color azul. Si es anaranjada
es señal de mal funcionamiento.
§ Lo más
notorio en un conducto de gas que no esté bien puesto o mal tapado, es el
rastro de una mancha negra en el techo y en la pared (en el recorrido que hace
el caño).
Ambientes bien ventilados:
§ Comprobar
que los ambientes tengan ventilación hacia el exterior.
§ Ventilar
toda la casa una vez al día, aunque haga frío.
§ Dejar
siempre una puerta o ventana entreabierta, tanto de día como de noche, y aún
cuando haga frío.
§ Si se
encienden brasas o llamas de cualquier tipo, no dormir con éstas encendidas y
apagarlas fuera de la casa.
§ No
usar el horno u hornallas de la cocina para calefaccionar el ambiente.
§ No
mantener recipientes con agua sobre la estufa, cocina u otra fuente de calor.
§ El
calefón no debe estar en el baño, ni en espacios cerrados o mal ventilados.
§ No
encender motores a combustión (grupos electrógenos, motosierra, etc.) en
cuartos cerrados, en sótanos o garajes.
§ No
mantener el motor del auto en funcionamiento cuando el garaje está cerrado. Si
su garaje está conectado al resto de su hogar, cierre las puertas.
§ No
arrojar al fuego plásticos, goma o metales porque desprenden gases y vapor que
contaminan el aire. BP
No hay comentarios.:
Publicar un comentario