Martirologio Romano: En Carmagnoles, del Piamonte, Italia, beata
Catalina Mattei, virgen, religiosa de las Hermanas de Penitencia de Santo
Domingo, que, viviendo con una salud muy precaria, soportó con admirable
caridad y abundancia de virtudes las calumnias humanas y todo tipo de
tentaciones (1547).
La Beata piamontesa Catalina Racconigi fue una viva
copia de Santa Catalina de Siena, a quien, por una celeste visión, adoptó como
maestra. Catalina tenía quince años cuando se le apareció la Santísima Virgen,
que tomando la mano de la joven, la unió a la del Divino Redentor, diciendo: “Te
doy por esposo a mi Hijo, en fe, esperanza y caridad”.
En otra visión, apareciéndosele la Santísima Virgen
con hábito dominico, le mandó que entrara en la Tercera Orden, prediciendo que
en corto tiempo los hermanos abrirían un convento en Racconigi.
Jesús enriqueció a su esposa con gracias
extraordinarias y un sin número de favores. La imprimió con los santos
estigmas, le ciñó una corona de espinas. Su sola esperanza fue siempre Jesús,
tras los dolores, humillaciones, y calumnias de que fue objeto.
Con su palabra iluminada y sus oraciones, condujo
innumerables almas a Dios.
Se ofreció como víctima para obtener una tregua de
las continuas guerras que asolaban su patria y fue escuchada.
Murió en Caramagna, donde se había refugiado para
sustraerse de los ímpetus de sus detractores, el 4 de septiembre de 1547. Según
sus deseos, su cuerpo fue depositado en la iglesia parroquial de los Dominicos
en Garessio.
El Papa Pío VII, el 9 de abril de 1808 ratificó su
culto, concediéndole Misa y Oficio propios.
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