Martirologio Romano: En Lieja, de Austrasia
(hoy Bélgica), pasión de san Lamberto, obispo de Maastricht y mártir, que,
desterrado, se retiró al monasterio de Stavelot y tiempo después, restituido a
la sede, mientras desempeñaba brillantemente la función pastoral, siendo
inocente fue asesinado por los enemigos de la Iglesia (c.
705).
San Lamberto Nació en Maastricht, Holanda, y llegó a brillar en los campos de batalla, pero luego siguió la vocación que el Señor le inspiró y se ordenó sacerdote.
Más tarde fue obispo de su ciudad natal. Gozó de
estrecha amistad con el rey Childerico II, rey de Austrasia; pero, asesinado
este monarca en 673, San Lamberto fue depuesto y expulsado de la sede por su
sucesor, quien puso en el obispado a un hombre malvado e ignorante, Faramondo.
Se retiró entonces a la abadía de Stavelot, en Bélgica. Allí vivió durante
siete años tan humilde, obediente y fervoroso como un joven novicio.
A la muerte de Ebronio, Pipino de Heristal le fue a
buscar para volverle a su sede. Este príncipe débil se amancebó con Alpayda y
el obispo le reprendió su pecado. La depravada hembra se deshizo del santo
valiéndose de Dodón, que asesinó al obispo de Maastricht en 696.
En el lugar de su martirio se construyó una
iglesia, y Lieja, que no era más que una aldea, se convirtió en una ciudad
importante por el influjo de peregrinos. Hoy día, ciento cuarenta iglesias
belgas llevan su nombre.
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