21 de noviembre: Día Mundial de la EPOC
La Enfermedad Pulmonar Obstructiva
Crónica (EPOC) es una patología caracterizada por una limitación al flujo aéreo
de las vías respiratorias producto de anormalidades causadas por la exposición
a gases nocivos de los cuales el más frecuente es el humo del tabaco.
Si bien es menos frecuente que el
asma bronquial (la enfermedad respiratoria crónica más común) tiene una tasa de
mortalidad 8 veces mayor. Cabe destacar que es una afección común, prevenible y
tratable, y su prevalencia está directamente relacionada al hábito de fumar,
aunque en países en vías de desarrollo también se consideran otros factores
tales como el humo de leña, antecedentes de infecciones respiratorias en la
infancia o la exposición a otro tipo de gases.
Estudios epidemiológicos de hace
unos años atrás revelaron que hay unas 350 millones de personas en el mundo con
EPOC - lo que corresponde a una prevalencia del 11% de la población mundial - y
que esta enfermedad causa alrededor de 3 millones de muertes por año (5.6% de
las muertes mundiales) – dato que la posiciona como la cuarta causa de muerte a
nivel global.
Además, se observa un incremento
mundial de casos desde un valor estimado de 149 millones de sujetos en 2005 a
174,5 millones en 2015 lo que significa un 17 % de incremento en la prevalencia
general. De continuar esta tendencia, se espera que en 2030 el número ascienda
a 4,5 millones de muertes.
En lo que respecta a nuestro país,
el único estudio que arrojó datos al respecto es el de EPOC.AR. Según sus
resultados, esta enfermedad tiene un 14,5% de prevalencia en la población local
mayor de 40 años y se da más en hombres (18%) que en mujeres (11%).
De la población estudiada al azar,
un 70% tenía antecedentes de tabaquismo activo o ex tabaquistas y en la
población no fumadora, un 8% se demostró una prevalencia de EPOC en relación a
antecedentes de tabaquismo pasivo, tuberculosis pulmonar o asma bronquial en la
infancia mal controlada.
A su vez, se demostró una elevada
tasa de sub-diagnóstico ya que solo un 22% de los sujetos diagnosticados en
dicho estudio se conocían como pacientes con EPOC.
“Se debe sospechar la posibilidad
de EPOC ante todo paciente con más de 40 años con historia de tabaquismo que
haya fumado más de 10 paquetes por año y que presente síntomas respiratorios
crónicos como disnea o tos habitualmente matutina y con expectoración”, comenta
el Dr. Gastón De Stefano, médico neumonólogo de INEBA.
El especialista agrega: “Es
importante tener en cuenta que los fumadores le restan importancia a sus
síntomas por lo que se debe hacer un seguimiento riguroso de los mismos a todos
los fumadores a partir de los 40 años”.
Para poder diagnosticar EPOC, la
espirometría es el método más utilizado. Consiste en un estudio que permite
detectar las obstrucciones al flujo aéreo persistente y así poder estadificarlo
desde grado leve a muy severo.
“Para su tratamiento hay
diferentes opciones farmacológicas –broncodilatadores de acción corta o
prolongada y corticoides inhalados - como así también otras medidas que ayudan
a aliviarlo. Hay también tratamientos innovadores que aún están en etapa de
experimentación, aunque ninguno de ellas cura o cambia el curso de la enfermedad,
solo alivian los síntomas y disminuyen la frecuencia de las exacerbaciones”,
comenta el médico.
Más
allá de los medicamentos, ¿qué se puede hacer para tratar el EPOC?
Para comenzar, lo principal es
dejar de fumar. Esta es la medida más eficaz. Retrasa la pérdida de función
pulmonar y mejora la sobrevida, cambiando el curso de la enfermedad.
No usar cigarrillos electrónicos para dejar de fumar. Es importante aclarar que si bien mucha gente los usa, estos
aparatos están prohibidos por la Sociedad de Neumonología como método de
cesación tabáquica porque tienen tóxicos y mantienen el hábito.
Hacer ejercicio de manera regular. Puede
ser gimnasia, deporte o paseos. Tanto en fumadores como no, moverse disminuye
el riesgo de desarrollar la enfermedad en el futuro. Para aquellos pacientes
que persisten con síntomas luego de agotar todas las medidas terapéuticas,
también se pueden indicar programas de rehabilitación, que luego deben
continuar con ejercicios en su domicilio.
Comer bien. Mantener
una dieta variada y equilibrada (no se aconsejan suplementos nutricionales) y
una buena hidratación.
Vacunarse. Contar con las vacunas
antigripales anuales ha demostrado reducir las exacerbaciones. A su vez, los
pacientes mayores de 65 años y aquellos menores a esta edad pero con estadios
avanzados de la enfermedad, deben darse la vacuna antineumocócica.
“La tendencia actual es el manejo
individualizado del paciente con EPOC, utilizando las diferentes estrategias
farmacológicas en cada paciente de acuerdo a su sintomatología, pero sin
olvidar la medida general más importante que debe ser aplicada a todos los
pacientes - que cambia la evolución y el pronóstico de la enfermedad - que es
el dejar de fumar. Dada la alta tasa de sub-diagnóstico y la escasa utilización
de la espirometría como método de screening son necesarias mayores estrategias
sanitarias para una mayor conciencia de la enfermedad en la población”,
concluye el neumonólogo. BP
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