Protomártires
boloñeses, 04 de Noviembre
Martirologio Romano: En Bolonia, de la Emilia, santos Vidal y
Agrícola, mártires, que, según nos refiere san Ambrosio, el primero de ellos
fue antes siervo del segundo y luego compañero y colega en el martirio. Vidal
padeció tantos tormentos que no le quedó parte de su cuerpo sin heridas y
Agrícola, a su vez, sin asustarse por el suplicio de su antiguo criado, le
imitó en el mismo martirio, siendo crucificado (304).
Etimología: Vidal = aquel que está lleno de vida, viene
del latín. Agrícola = aquel que
viene del campo, viene del latín.
Los Santos Mártires
Vidal y Agrícola, en Bolonia. El primero siendo esclavo del segundo, llegó
después a ser compañero suyo en el martirio: los atormentaron los perseguidores
con tal crueldad, que en todo su cuerpo no se encontraba parte sana; lo cual
sufrió con la mayor constancia, y puesto en oración entregó su alma a Dios.
A Agrícola le dieron
muerte enclavado en una cruz con muchísimos clavos. San Ambrosio, que se halló
presente a la traslación de estos Santos, refiere que recogió los clavos, la
sangre vencedora y la cruz, y lo colocó todo debajo del sagrado altar. El
citado San Ambrosio nos informa de que Agrícola era un caballero de Bolonia, y
que Vidal, su esclavo, aprendió del él la religión cristiana, y recibió primero
la corona, porque para Cristo no hay diferencias en la condición de siervo ni
de señor. Ambos fueron presos probablemente el año 304. El castigo de Agrícola
fue dilatado por una cruel compasión por ver si la vista de los tormentos del
siervo le hacía mudar de resolución; pero lejos de ello quedó más animado con
el ejemplo.
Entonces toda la
compasión del pueblo y de los jueces se convirtió en furor, y el cuerpo del
Mártir enclavado en una cruz fue tan herido y penetrado de innumerables clavos,
que el número de sus heridas excedió en mucho al de sus miembros. Los Cuerpos
de los Mártires fueron colocados en lugar de la sepultura de los judíos.
Huyendo San Ambrosio de las manos del tirano Eugenio, entró en Bolonia el año
393, y allí descubrió estas reliquias. Juliana, devota viuda de Florencia, le
convidó a dedicar una Iglesia que había fundado en aquella ciudad, y le pidió
este tesoro: el que no tuvo arbitrio de negarle una parte de ellas, y cuyo
valor ponderó mucho él mismo a las tres hijas de Juliana, mandándolas que le
recibiesen con respeto, como presente de salvación.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario