sábado, 22 de diciembre de 2018

José Cho Yun-ho, Santo

Mártir Laico, 23 de Diciembre
Martirologio Romano: En el territorio de Tjyen-Tiyon, en Corea, san José Cho Yun-ho, mártir, que todavía joven, siguiendo las huellas de san Pedro Cho Hwa-so, su padre, murió a causa de su fe cristiana ( 1866).
Fecha de beatificación: 6 de octubre de 1968 por el Papa Beato Pablo VI.
Fecha de canonización: 6 de mayo de 1984 por el Papa San Juan Pablo II.

Este santo era un joven coreano de 19 años, hijo del mártir San Pedro Cho Hwa-so. Había nacido en 1847 en Shinchang, provincia de Chungchong, hijo de la primera esposa de su padre. Cuando su padre, ya viudo, contrajo un segundo matrimonio se fue a vivir la familia al poblado de Songji Dong. Llegado a la adolescencia José trabajaba en una granja.
A los 18 años contrajo matrimonio con Lucía Yi y llevaba junto a ella una vida honesta y pacífica, llena de piedad y de bondad. Cuando empezó a hablarse de que volvía la persecución, el joven advirtió a su esposa su voluntad de ser fiel, y ella le prestó su apoyo moral. Fue arrestado con su padre el 5 de diciembre de 1866, porque al saber el arresto de su padre se presentó espontáneamente y no quiso escapar como su propio padre le proponía.
Una vez arrestado, se negó a dar los nombres de los cristianos y declaró la firmeza de su fe. Enviado con su padre a Chonju, hubo de pasar todo tipo de maltratos e insultos por el camino. Su padre le animaba a sufrir por Cristo y José le respondía que no tuviera duda de su determinación de ser fiel. Aquel mismo día fueron arrestados otros cristianos. Se le dijo a José que su padre había apostatado -lo que era falso- para ver si así el joven apostataba. Pero José respondió que él no pensaba apostatar aunque lo hiciera su padre. Cuando supo que a su padre lo martirizaban pero que a él no lo llevaban al martirio, se dolió mucho de no poder morir junto a su padre. Como lo veían tan joven lo urgían una y otra vez a que apostatara, pero el joven nunca dio un paso atrás en su determinación de fidelidad. Por fin lo condenaron a muerte. Cuando lo llevaban a la ejecución un día frío de invierno, aparecía el muchacho con sus vestidos hechos jirones y a mucha gente le dio lástima y hasta le ofrecieron comida. Comió el mártir y dio gracias a la gente. Volvieron a proponerle la apostasía y volvió el mártir a negarse. Entonces fue decapitado. Era el 23 de diciembre de 1866.
Fue canonizado el 6 de mayo de 1984 en Seúl por el papa Juan Pablo II en la ceremonia conjunta de canonización de 103 mártires de Corea que sufrieron martirio entre 1839 y 1846.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario