María se puso en camino.
Uno de los rasgos más tristes de nuestra sociedad contemporánea es la
capacidad de vaciar de contenido y de verdad las fiestas y los acontecimientos
más entrañables. Y la Navidad es sin duda una de las fiestas más estropeadas
por la sociedad de hoy. Unas fiestas de significado profundo para los
creyentes, son celebradas hoy entre nosotros, sin que apenas se conozca su
motivación original y su verdadero contenido. Por eso, puede ser bueno, aunque
resulte duro, el denunciar humildemente, pero con lucidez, la mentira inmensa
de nuestra Navidad.
Es mentira creer en un Dios que se ha hecho solidario de la humanidad y,
al mismo tiempo, organizarse la Navidad y la vida entera de manera
individualista y egoísta, ajenos totalmente a los problemas de los demás.
Es mentira creer que Dios se ha hecho hombre buscando la liberación
plena de la humanidad, y no esforzarse por ser más humano cada día y trabajar
por un mundo más justo y más liberado.
Es mentira creer que Dios ha querido compartir nuestra vida para
restaurar todo lo humano, y, al mismo tiempo, colaborar en la deshumanización
de nuestra sociedad, atentando de alguna manera contra la dignidad de la
persona y los derechos de cada persona.
Es mentira creer en un Dios que se ha entregado hasta la muerte por
defender y salvar al ser humano y, al mismo tiempo, pasarse la vida sin hacer
nada por nadie.
Es mentira enviar felicitaciones a los familiares y amigos, y desear un
feliz año nuevo, y, al mismo tiempo, no hacer nada por lograr un mundo más
feliz para todos.
Es mentira cantar y celebrar la paz en estas fiestas navideñas, y no
hacer nada porque desaparezcan las causas de los conflictos y quede desterrada
la violencia de nuestra sociedad.
Es mentira hacer regalos a nuestros hijos, familiares y amigos, y no
saber regalarles nuestra cercanía, nuestra comprensión, nuestra ayuda gratuita.
Es mentira aprovechar la Navidad como una ocasión para realizar gestos
tranquilizantes de «caridad», y vivir luego sosteniendo una sociedad clasista
cuyas diferencias e injusticias se hacen más palpables durante estas fechas. JAP
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