Una vez que se ha establecido el diagnóstico de embarazo es importante acudir lo más pronto posible con tu médico para recibir la orientación y educación necesaria para resolver todas tus dudas e iniciar los cuidados y estudios que requieras en esta etapa.
Existen diversos modelos de control prenatal que se pueden realizar. Lo importante es que sigas las indicaciones de tu ginecólogo o ginecobstetra, quien es el encargado de establecer y adecuar tu control prenatal; y deberás cumplir con la responsabilidad de acudir a tus consultas programadas.
La primera consulta es de vital importancia, ya que es en la que se determina qué tipo de embarazo tienes de acuerdo con tus condiciones particulares. Se puede clasificar de bajo, mediano o alto riesgo, y con esto planificar tu control prenatal. Las consultas subsecuentes sirven para vigilar que el transcurso del embarazo se esté llevando a cabo sin complicaciones, como así también valorar el adecuado crecimiento y desarrollo de tu bebé. Evaluar tu estado de salud, que el aumento de peso sea adecuado, y diagnosticar de forma oportuna enfermedades propias del embarazo como la diabetes gestacional o la enfermedad hipertensiva del embarazo (presión arterial alta).
Y llegando al tramo final, acudir a tus revisiones para saber si ya estás en trabajo de parto, conocer los signos de alarma para acudir al hospital de forma oportuna y establecer las redes de ayuda, las rutas y los medios más adecuados para acudir a los servicios de salud para la atención de la resolución de tu embarazo.
El control prenatal es un trabajo de equipo multidisciplinario en el que tanto las familias, los proveedores de salud y las instituciones de salud públicas y privadas participan para lograr un eje principal de acción que es la salud materno-infantil. JCF
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