Si los pacientes que se encuentran esperando una cirugía programada
recibieran la vacuna contra la COVID-19 antes que la población general, esto
ayudaría a evitar miles de muertes postoperatorias relacionadas con el
coronavirus, según un estudio del National Institute for Health Research (NIHR) del
Reino Unido.
Según el análisis, entre un 0,6 y un 1,6% de los pacientes desarrollan
COVID-19 después de una cirugía programada, lo que conlleva un riesgo entre 4 y
8 veces mayor de muerte en los 30 días posteriores a la cirugía. Por ejemplo,
en pacientes mayores de 70 años que son sometidos a una cirugía oncológica, la
mortalidad global es de un 2,8%, porcentaje que se incrementa al 18, 6% en caso
de desarrollar COVID-19. Basado en el alto riesgo al que los pacientes
quirúrgicos se tienen que enfrentar, los científicos calculan que es más
probable que la vacunación evite más muertes relacionadas con la COVID-19 que la
inmunización de la población general, particularmente en mayores de 70 años y
pacientes sometidos a cirugía por cáncer. En
la población general 1.840 personas de 70 años o más necesitan ser vacunadas
para salvar una vida. Sin embargo, esta cifra es de solo 351 en pacientes de 70
años o más que se someten a una intervención quirúrgica oncológica.
De forma general, los investigadores calculan que la priorización global
de la vacunación preoperatoria para pacientes sometidos a cirugía programada
podría evitar 58.687 muertes adicionales relacionadas con la COVID-19 en un
año.
Esto puede ser particularmente importante en aquellos países de bajos o
medios ingresos, donde medidas como la implantación del cribado preoperatorio
mediante PCR o de áreas hospitalarias libres de COVID-19, que pueden reducir el
riesgo de complicaciones relacionadas con el virus, son poco probables de ser
universalmente implementadas.
El equipo colaborativo internacional de investigadores COVIDSurg,
dirigido por expertos de la Universidad de Birmingham (Reino Unido) ha
publicado sus hallazgos en el British Journal of Surgery, después de estudiar datos
de 141.582 pacientes de 1.667 hospitales de 116 países, entre ellos Australia,
Brasil, China, India, Emiratos Árabes, Europa, Reino Unido y Estados Unidos, lo
que representa el estudio internacional más grande realizado en el ámbito de la
cirugía.
La responsable del estudio en España, Ana Minaya, tutora clínica de la
Universidad Francisco de Vitoria y cirujana general en el Hospital Universitario
del Henares (Madrid), comenta que “en este estudio se ve cómo los pacientes
quirúrgicos se benefician de la vacunación preoperatoria, y con ello se puede
conseguir reducir la mortalidad y las complicaciones postoperatoria asociadas a
la infección COVID-19. Además, la vacunación en este grupo de pacientes es
especialmente rentable, ya que proporcionalmente salva más vidas que en la
población general; por ello, mientras el suministro de vacunas sea limitado los
pacientes quirúrgicos sometidos a cirugía programada deberían ser priorizados”,
apuntó esta especialista.
Otro de los directores, Dmitri Nepogodiev, de la Universidad de
Birmingham, comentó que “comenzar de nuevo con la cirugía programada es una
prioridad global. Más de 15.000 cirujanos y anestesistas de 116 países han
contribuido a este estudio, consiguiendo el estudio colaborativo científico más
grande publicado”. BP
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