La Organización
Panamericana de la Salud (OPS) insta a la población a vacunarse contra la
COVID-19 solo a través de los programas nacionales de inmunización y los mecanismos
oficialmente autorizados y advierte que hacerlo por fuera de estos circuitos
puede ser peligroso para su salud. La recomendación tiene lugar ante reportes de vacunas
falsificadas o no autorizadas en algunos países de América Latina, como Bolivia,
Colombia o México, y ante noticias en la prensa de la administración de vacunas
por fuera de los programas nacionales de vacunación autorizados. En marzo
último, la OMS emitió una alerta global sobre la vacuna de Pfizer/BioNtech
falsificada en México. Se aconseja a las
personas que solo recurran a vacunas auténticas conforme a las orientaciones de
las autoridades nacionales, busquen el consejo de un profesional de salud en
caso de dudas, y que, si conocen de algún incidente, lo informen a las
autoridades para que esos productos sean identificados y retirados de la
circulación.
La pandemia por
COVID-19 ha generado un aumento en los incidentes detectados de productos
médicos subestándar, falsificados (SF) y no registrados en el mundo. En
particular, la disponibilidad limitada de las vacunas parece estar
contribuyendo a la aparición de productos en canales ilegales, los que varían
desde ofertas de venta en Internet, hasta incautaciones aduaneras o comercio
minorista. Las
vacunas subestándares, falsificadas y no registradas favorecen la mayor
prevalencia de la COVID-19, la ocurrencia de potenciales eventos adversos e
incluso tóxicos o mortales, la pérdida de la confianza en el sistema de salud,
así como una serie de consecuencias sociales y económicas de magnitud
impredecible.
Recomendaciones
a las autoridades reguladoras
La OPS insta a
que se fortalezcan los procedimientos de coordinación entre las autoridades de
salud, policiales y de aduanas en lo que respecta a prevención, detección y
respuesta ante incidentes de productos subestándar, falsificados. También, a
que se aumente la vigilancia integral de la cadena de suministro de las vacunas
COVID-19, desde el fabricante o proveedor certificado hasta el usuario o sitio
de administración.
Asimismo, se
aconseja a las autoridades de salud mantener las vacunas en su embalaje
secundario original, durante el almacenamiento y el transporte, para proteger
los códigos QR y de barras, que permiten verificar la información del producto
a lo largo de la cadena de distribución. También, se recomienda incrementar la
vigilancia de ofertas ilegales de vacunas COVID-19, especialmente en Internet,
redes sociales, y comercios minoristas.
Otras
recomendaciones incluyen implementar estrategias de destrucción y/o disposición
final de empaques, envases, viales, cajas y etiquetas de las vacunas legítimas
usadas en los esquemas nacionales de inmunización; asegurar un mecanismo
robusto de trazabilidad de las vacunas COVID-19 para minimizar el riesgo de
desviación del canal legal, y notificar inmediatamente a la OMS -por el sistema
de alerta rápida- cualquier evento, sospechoso o confirmado, de falsificación
de vacunas.
La OPS, a través
de la cooperación con los países, y el funcionamiento de la Red de puntos
focales de las agencias reguladoras nacionales para la prevención, detección y
respuesta de productos médicos subestándar, falsificados o no registrados -que
integran más de 20 países de la región- promueve el intercambio de información
y apoya la toma de decisiones en este campo. BP
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