La preeclampsia y su forma grave, la eclampsia, constituyen un tipo de
trastorno hipertensivo que pone en riesgo la vida y la salud de la madre y del
bebé si no se toman medidas médicas en forma oportuna. Ahora, de acuerdo con un
estudio realizado en La Plata, el aumento de la presión arterial durante la
noche podría ser un factor predictor de desarrollo de preeclampsia.
A esa hipótesis, que requiere ser confirmada en estudios adicionales,
llegaron médicos e investigadores del Hospital Gral. San Martín (HIGA) de La
Plata y de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) tras registrar la presión
arterial de 24 horas mediante monitoreo ambulatorio (MAPA) en 477 mujeres que
cursaban la segunda mitad de un embarazo de alto riesgo. El estudio se publicó
en la revista Hypertension Research y fue motivo de una editorial en esa
publicación.
«Nuestro trabajo sugiere fuertemente la necesidad de realizar un MAPA
alrededor de la semana 24 de gestación en las mujeres que cursan un embarazo de
alto riego. Si se detecta en este estudio hipertensión nocturna, está indicado
efectuar un estricto seguimiento del embarazo y contactar a la mujer con un
servicio con experiencia en el manejo de PE y que cuente con una neonatología
de alta complejidad», indicó el director del estudio, el Dr. Martín Salazar,
jefe de Docencia e Investigación del HIGA y profesor titular de Medicina
Interna de la Facultad de Ciencias Médicas de la UNLP. Y agregó que «el
desarrollo de preeclampsia antes de las 34 semanas, conocido como preeclampsia
temprana, representa el mayor riesgo, en especial para el bebé».
Los investigadores constataron que casi el 90% de las mujeres con
preeclampsia temprana habían tenido hipertensión durante la noche. «Además, la
hipertensión durante la noche fue el más fuerte predictor de desarrollo de
preeclampsia tanto tardía (alrededor de dos veces más riesgo) como temprana
(más de 5 veces de incremento)», puntualizó el Dr. Salazar, también miembro de
la Sociedad Argentina de Hipertensión Arterial.
Las mujeres que cursan un embarazo de alto riesgo pueden ser
identificados por antecedentes en embarazos previos, por enfermedades
desarrolladas durante la gestación o por características del embarazo actual. Dado que el estudio
se realizó en un hospital especializado en embarazo de alto riesgo, el Dr.
Salazar destacó que sus conclusiones no pueden ser generalizadas a todas las mujeres
embarazadas y que futuros estudios son necesarios para determinar la validez de
las conclusiones en embarazadas que no son de alto riesgo. BP
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