No cabe duda de que los antibióticos constituyen
uno de los avances más importantes alcanzados en la Medicina. Y es que estos
fármacos son los responsables de destruir a las bacterias y, por tanto, de
combatir –y curar– algunas de las enfermedades infecciosas más mortales. Sin
embargo, no debe olvidarse que el cuerpo humano también contiene muchas
bacterias beneficiosas, caso de las que conforman la flora intestinal, que
también pueden aniquilarse por estos medicamentos.
Por tanto, es necesario que los antibióticos se
tomen adecuadamente. Y es que de no ser así, las consecuencias pueden ser muy
graves. Y no solo por un mayor riesgo de aparición de bacterias resistentes. De
hecho, un estudio dirigido por investigadores de la Universidad Tulane en Nueva
Orleáns (EEUU) muestra que el consumo a largo plazo de antibióticos se asocia
con un mayor riesgo de mortalidad general, y sobre todo cardiovascular, en
mujeres mayores.
El Dr. Lu Qi, director de esta investigación
presentada en el marco de la Sesiones Científicas 2018 sobre Epidemiología,
Prevención, Estilos de Vida y Salud Cardiometabólica de la Asociación Americana
del Corazón (AHA) que se están celebrando en Nueva Orleáns (EEUU), explicó que
«las alteraciones del microbioma intestinal se han asociado con distintos
trastornos amenazantes para la vida, caso de las enfermedades cardiovasculares
y de algunos tipos de cáncer. Los antibióticos alteran el equilibrio y la
composición de este microbioma, incluso cuando uno deja de tomarlos, por lo que
es importante mejorar nuestro conocimiento sobre cómo la toma de antibióticos
puede impactar en el riesgo de enfermedades crónicas y de mortalidad».
A
mayor duración, mayor riesgo
En el estudio, los autores siguieron durante 9 años
la evolución de 37.510 mujeres que, con una edad igual o superior a los 60
años, no padecían enfermedad cardiovascular ni ningún tipo de cáncer en 2004,
momento en el que fueron reclutadas para la investigación. Unas participantes
que fueron divididas en 4 grupos en función de que tomaran o no antibióticos y
de la duración de sus tratamientos antimicrobianos: ‘nunca’, ‘menos de 15
días’, ‘entre 15 días y menos de 2 meses’, y ‘durante 2 o más meses’.
Los resultados mostraron que las mujeres con 60 o
más años que tomaban antibióticos durante 2 o más meses presentaban, frente a
aquellas que no los tomaban ‘nunca’, un riesgo un 27% superior de fallecer por
cualquier causa y hasta un 58% mayor de morir por una enfermedad
cardiovascular.
Es más; la asociación entre el uso a largo plazo de
antibióticos cumplidos los 60 y el aumento del riesgo de muerte por cualquier
causa estuvo condicionado por el consumo de antimicrobianos en la mediana edad.
Y es que las participantes con mayor riesgo fueron aquellas que ya habían
tomado este tipo de medicamentos cuando contaban con una edad entre los 40 y
los 59 años.
En este contexto, cabe resaltar que los resultados
fueron independientes de otros factores de riesgo comúnmente asociados a la
mortalidad, caso entre otros del estilo de vida, los hábitos dietéticos, la
obesidad y la toma de otros tipos de fármacos.
Y llegados a este punto, ¿qué sucedió con el riesgo
de mortalidad por cáncer? Pues nada. El riesgo fue similar para todas las
pacientes con independencia de que hubieran tomado o no antibióticos y con la
duración de sus tratamientos.
En consecuencia, ¿puede concluirse que los
antibióticos aumentan el riesgo de deceso en las mujeres mayores? NO. El
estudio solo muestra una asociación. De hecho, es incluso posible que los
antibióticos no sean los responsables ‘directos’ de estos resultados.
El Dr. Lu Qi, afirmó que «si bien hemos observado
una notable asociación entre el uso a largo plazo de antibióticos y el riesgo
de mortalidad, no está claro que este consumo a largo plazo sea la causa
específica para esta asociación. Por ejemplo, puede que las mujeres que tomaron
los antibióticos estuvieran más enfermas». No en vano, el único requisito para
su inclusión en el estudio fue, además de la edad, que no padecieran una
enfermedad cardiovascular u oncológica.
«Sea como fuere, nuestros resultados contribuyen a
un mejor conocimiento de los factores de riesgo de mortalidad tanto general
como cardiovascular. Ahora contamos con una buena evidencia que muestra que las
personas que toman antibióticos durante largos períodos de tiempo en la etapa
adulta pueden constituir un grupo de alto riesgo en el que se debe intervenir
para prevenir la enfermedad cardiovascular y el deceso», concluyó el director
de la investigación. BP
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