La diabetes no solo puede ser una
condición que agrave las consecuencias de la infección por coronavirus
SARS-CoV-2, que causa la covid-19, sino que, según empiezan a mostrar algunas
evidencias, el propio virus puede provocar la aparición de la enfermedad.
¿Cómo? Según un artículo que se publica en Nature, destruyendo las células β, responsables de producir
la hormona insulina, en el páncreas, y desencadenando la aparición de la
diabetes tipo 1.
Ya se sabe que la diabetes es un
factor de riesgo clave para desarrollar COVID-19 grave y las personas con esta
enfermedad tienen más probabilidades de morir. «La diabetes es dinamita si
tienes COVID-19», aseguró el Dr. Prof. Paul Zimmet, de la Universidad de Monash
en Melbourne (Australia).
La COVID-19 es un 'disparador' de
la mortalidad por enfermedad cardiovascular y diabetes. De hecho, «se ha
demostrado que la mortalidad por estas enfermedades ha aumentado de forma
directa o indirecta por la infección por el SARS-Cov-2», explicó el profesor de
la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Madrid, Fernando
Rodríguez Artalejo, durante el XXXI Congreso Nacional de la Sociedad Española
de Diabetes (SED).
El Dr. Zimmet se encuentra entre
un número creciente de investigadores que piensan que la diabetes no solo hace
que las personas sean más vulnerables al coronavirus, sino que el virus también
podría desencadenar la diabetes en algunos. «La diabetes en sí misma es una
pandemia al igual que la pandemia de COVID-19. Las dos pandemias podrían estar
chocando», aseguró.
La idea surge después de que un número
pequeño de personas hayan desarrollado diabetes espontáneamente después de
haber sido infectadas con SARS-CoV-2, y en la evidencia de decenas de personas
con COVID-19 que han llegado al hospital con niveles extremadamente altos en
sangre de azúcar y cetonas, que se producen a partir de depósitos grasos en el
hígado. Cuando el cuerpo no produce suficiente insulina para descomponer el
azúcar, usa cetonas como fuente alternativa de combustible. «En ciencia, a
veces hay que comenzar con muy poca evidencia para perseguir una hipótesis»,
señaló a «Nature» el Dr. Zimmet.
Pero existe otros indicios: otros
virus, incluido el que causa el síndrome respiratorio agudo severo (SRAS), se
han relacionado con afecciones autoinmunes como la diabetes tipo 1. Y muchos
órganos involucrados en el control del azúcar en la sangre son ricos en una
proteína llamada ACE2, que el SARS-CoV-2 usa para infectar las células.
La última pista proviene de un
estudio experimental realizado en páncreas en miniatura de laboratorio
publicado la semana pasada que sugiere que el virus podría desencadenar la
diabetes al dañar las células que controlan el azúcar en la sangre. En dicho
estudio, llevado a cabo en la Instituto Weill Cornell (EEUU) se mostró cómo el
SARS-CoV-2 podría dañar el órgano.
Pero no todos los investigadores
piensan en esta dirección. «Necesitamos vigilar las tasas de diabetes en
aquellos con COVID-19 previo y determinar si las aumentan más allá de los
niveles esperados», dijo el Dr. Naveed Sattar, investigador de enfermedades
metabólicas de la Universidad de Glasgow (Reino Unido).
Para establecer un vínculo, los
investigadores necesitan evidencia más sólida, apuntó el Dr. Abd Tahrani, de la
Universidad de Birmingham (Reino Unido). «Se necesitan estudios de cohorte
epidemiológicos bien construidos y estudios mecanicistas y experimentales»,
señaló.
Asimismo, explicó a ABC Salud el
Dr. Alfonso López Alba, presidente de la SED, el coronavirus está haciendo aflorar
muchos casos de diabetes que no estaban diagnosticados. Hay que tener en
cuenta, señala, que en España «de los 5 millones de personas que pueden tener
diabetes, el 40% no está diagnosticado».
Eso podría explicar, en cierto
modo, el hecho de que el número de diabéticos diagnosticados de covid sean tan
alto, entre un 20 o un 30%, explica.
Sin embargo, reconoce este
endocrinólogo que es posible que una enfermedad infecciosa tan potente, «que ha
cambiado el mundo», produzca, donde no había, una enfermedad como la diabetes.
«La COVID-19 ataca a los pulmones, corazón, cerebro, etc. Es muy probable que
también lo haga en el páncreas».
En este sentido, el Dr. Pérez,
apuntó que los datos descritos sugieren que se trata de un mecanismo diferente
al de otros tipos de diabetes que se producen por estrés, por ejemplo, tras un
infarto que conducen a una diabetes transitoria. «Todavía es pronto para sacar
conclusiones y para afirmar si estamos ante un nuevo tipo de diabetes causada
por un mecanismo diferente al estrés».
El argumento esgrimido, que el
coronavirus destruye las células beta encargadas de producir insulina es,
señaló el Dr. Pérez, todavía una hipótesis. Sin embargo, reconoce, estamos
viendo en personas con diabetes con el coronavirus 'cetoacidosis', es decir,
daño en células pancreáticas, lo que va en consonancia con esta idea, indica.
Para verificar si existe o no esta
asociación, a principios de este mes, un grupo internacional de científicos,
coordinados por la Universidad de Oxford, Universidad Técnica de Dresden
(Alemania) y la Universidad de Monash, ha creado una base de datos global para
recopilar información sobre personas con COVID-19 y niveles altos de azúcar en
la sangre que no tienen antecedentes de diabetes o problemas para controlar su
azúcar en la sangre.
Los investigadores esperan
utilizar los casos para comprender si el SARS-CoV-2 puede inducir diabetes tipo
1 o una nueva forma de la enfermedad. Y quieren investigar si la diabetes de
aparición repentina se vuelve permanente en las personas que han tenido
COVID-19. También quieren saber si el virus puede llevar a las personas que ya
estaban en camino a desarrollar diabetes tipo 2 a un estado diabético. BP
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