Monje y obispo, 28 de Septiembre
Elogio: En Ginebra, en la región de Helvecia, san
Salonio, obispo, y antes monje en la isla de Lérins, que, durante su obispado,
afirmó la doctrina del papa san León Magno y explicó en sentido místico las
Sagradas Escrituras.
Salonio
nació en torno al año 400. Su padre, san Euquerio, arzobispo de Lyon, fue el
autor de la célebra «Passio Agaunensium Martyrum». Su mujer, Gallia, le dio dos
hijos, el propio Salonio y Verano. Cuando Euquerio quedó viudo, se retiró al
monasterio fundado por san Honorato en unas de las islas de Lérins, y llevó
consigo a sus dos hijos, que recibieron una óptima formación. Basta con citar
entre aquellos que fueron sus maestros a Hilario de Arlés y a Salviano y Vicente
de Lérins.
En seguida
Verano llegó a ser obispo de Vence, y Salonio obispo de Ginebra, lo más tarde
en el 439. Salonio sucedió a san Isaac, primer obispo de tal sede. Participó
activamente de la vida de la Iglesia, en particular en los concilios de Orange
del 441, Vaison, en 442 y Arlés en el 451. Hombre de gran cultura, escribió una
importante obra, «Expositio mystica in Parabolas Salomonis et in Ecclesiastem»,
comentario a los libros bíblicos de los Proverbios y de Qohelet bajo la forma
de preguntas y respuestas. Se conserva también una carta que envió al papa san
León I Magno.
Es
interesante constatar que otros autores le dedicaron obras, e incluso su propio
padre le dirigió sus «Libros de instrucciones», en los que propone respuestas a
ciertas preguntas sobre la Biblia y explica palabras y expresiones del griego y
del hebreo. Salviano, obispo de Marsella, le dedicó su «De gubernatione Dei»
(Del gobierno de Dios), y varias cartas. Salonio murió el 28 de septiembre de
un año imprecisado, probablemente al inicio de la segunda mitad del siglo V.
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