Obispo y doctor de la Iglesia, 04 de Abril
Elogio: En Milán, en
la región de Liguria, muerte de san Ambrosio, obispo, que el día de Sábado
Santo salió al encuentro de Cristo, vencedor de la muerte. Su memoria se
celebra el siete de diciembre, aniversario de su ordenación.
San Ambrosio es uno de los grandes
Padres de la Iglesia de Occidente, junto a San Agustín -en cuya conversión tuvo
tanta influencia- y San Jerónimo.
Nació hacia el año 339 en Tréveris,
donde su padre era prefecto de las Galias. Tras la muerte prematura del padre
su familia se trasladó a Roma, donde el joven Ambrosio recibió una educación
esmerada llegando a ser jurista y ejerciendo la abogacía.
Hacia el 370 fue nombrado gobernador
de las provincias de Liguria y Emilia, con residencia en Milán. Pocos días después
de su bautismo en diciembre del 374 -a la muerte de Auxencio, obispo arriano de
Milán-, Ambrosio fue elegido por el pueblo para ocupar la sede episcopal
milanesa, en la que permanecería hasta su muerte ocurrida en diciembre del 397.
Al frente de la Iglesia de Milán,
Ambrosio se manifestó enseguida niceno, como lo era su propia familia, y se
opuso fuertemente al arrianismo. Tenía el genio latino del derecho y del
gobierno, junto a la sabiduría práctica del pastor y la espiritualidad del
místico. Tuvo gran influencia en los asuntos políticos del Imperio.
Sus obras son numerosas: exegéticas,
morales, ascéticas, dogmáticas y varias. Fue el gran doctor de la virginidad,
verdadero Padre de los pobres y de los perseguidos, con desprendimiento
generoso no sólo de sus propios bienes, sino, también, cuando lo consideró
necesario, de los tesoros de la Iglesia. En suma, fue un obispo de cuerpo
entero, un “hombre de Iglesia”.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario