Si tú, o alguien a quien amas,
sufre de hepatitis C, entonces sabrás cuán devastador puede ser este virus. Si
bien el virus de la hepatitis C (VHC) puede causar mucho daño en términos de
malestar general, también puede manifestarse de formas muy aterradoras y
destructivas, como la cirrosis del hígado. Actualmente hay alrededor de 3,5 millones
de personas en los EEUU que viven con el VHC, pero la mayoría de ellos en
realidad no tienen idea de que están infectados y que su hígado podría verse
comprometido. La razón de esto es que, en aproximadamente el 70-80% de los
casos agudos notificados, los pacientes no experimentan ningún síntoma o
experimentan síntomas vagos que pueden conducir fácilmente a un diagnóstico
erróneo. Esto ha llevado a médicos e investigadores a referirse al VHC como la
epidemia silenciosa. Afortunadamente, hay algo de luz al final del túnel para
los enfermos de VHC, en 2011 se lanzó un medicamento que elimina el virus en
solo 8-12 semanas. Sin embargo, el hecho de que los científicos hayan encontrado
una forma de tratar el VHC no significa que no sea una amenaza importante para
algunos miembros de la población. Como ya se mencionó, los síntomas no siempre
están presentes en los pacientes infectados, pero hay algunos síntomas que
pueden relacionarse fácilmente con otras enfermedades, lo que a menudo dará
lugar a diagnósticos erróneos. A continuación se muestran algunos de los
síntomas característicos:
·
Fatiga o debilidad
·
Náuseas
·
Falta de hambre
·
Dolor muscular o articular
·
Pérdida de peso
¿Cómo se propaga el virus de la hepatitis C?
Como la mayoría de los virus, la
hepatitis C se puede transmitir a través de la sangre de varias formas, algunas
de las cuales no siempre son obvias. A continuación se muestran las poblaciones
que corren mayor riesgo de contraer el VHC:
·
Usuarios de drogas inyectables,
tanto activos como inactivos
·
Pacientes que recibieron
concentrados de factor de coagulación elaborados antes del año 1987
·
Destinatarios de transfusiones de
sangre o trasplantes de órganos antes del año 1992
·
Pacientes en hemodiálisis crónica
·
Pacientes con VIH
·
Hijos de madres positivas al VHC
·
Trabajadores de la salud que han
sido pinchados con agujas
Si perteneces a una de las
categorías anteriores y experimentas alguno de los síntomas mencionados
anteriormente, debes tener una conversación seria con tu médico sobre el VHC.
Afortunadamente, las pruebas son simples y no invasivas, y los resultados se obtienen
rápidamente. JQR
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