Santo
del AT, 21 de Diciembre
Elogio: Conmemoración
de san Miqueas, profeta, el cual, en los días de Joatán, Acaz y Ezequías, reyes
de Judá, defendió con su predicación a los oprimidos, condenó los ídolos y las
perversidades, y anunció al pueblo elegido que desde los días eternos nacería
en Belén de Judá un caudillo que apacentaría a Israel con la fortaleza del Señor.
País: Israel - †: s. VIII
Contemporáneo
en parte de Oseas, y sobre todo de Isaías, a diferencia de este, Miqueas era un
campesino de origen humilde. Comenzó su ministerio profético alrededor del 740
a. C. y era un representante típico de lo que la Biblia llama “el pueblo del
país”, la parte más sana y menos expuesta a la contaminación extranjera. Aunque
su recuerdo quedó bastante eclipsado por el de Isaías, sabemos por un texto de
Jeremías (26. 18-19) que su
predicación tuvo gran influencia en Jerusalén y contribuyó en buena medida a la
reforma religiosa del rey Ezequías (2
Rey. 18. 1-6).
Por un
lado, Miqueas predijo la ruina de la ya agonizante Samaría, ocurrida en el año
722 a. C., y por otro, anunció que Judá correría idéntica suerte. En sus
oráculos se advierte claramente una de las constantes del profetismo, que es la
alternancia entre las amenazas de castigo y las promesas de restauración. De
manera especial, este profeta denuncia las injusticias de que eran víctimas,
por parte de los ricos y los poderosos, los campesinos refugiados en Jerusalén
a causa de la guerra con los asirios. Su mensaje en favor de la justicia social
tiene muchos puntos de contacto con el de Amós.
El libro
de Miqueas es una recopilación o antología de sus oráculos, realizada por sus
discípulos. Pero también se han insertado en él algunos fragmentos
pertenecientes a la época del exilio. Entre dichos oráculos merece destacarse
el que señala a Belén como el lugar del nacimiento del futuro Mesías (5. 1-5). Este oráculo fue recogido por
el Nuevo Testamento para probar que Cristo debía nacer en Belén (Mt. 2. 6; Jn. 7. 42).
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