martes, 1 de febrero de 2022

Qué pasa después de vacunarse, recibir el refuerzo... y tener COVID…

La variante ómicron ha generado una ola dramática de casos de COVID-19, muchos de ellos en personas vacunadas y con sus refuerzos. Esto ha permitido que la mayoría de los diagnósticos no generaran hospitalizaciones o complicaciones graves.

Ahora, ya recuperadas de la infección, estas miles de cientos de personas se están preguntando si ya pueden dejar COVID atrás y retomar su vida normal. ¿Están súper inmunizadas? Aquí, respuestas.

La inmunización contra patógenos que enferman se logra por dos vías: cuando ocurre una infección, que genera una inmunidad natural; y a través de la vacunación, por supuesto, cuando hay una vacuna disponible. 

(Vale la pena aclarar que los científicos aseguran que NUNCA hay que exponerse intencionalmente a un virus con la meta de infectarse para lograr la inmunización. Se ha visto en las noticias sobre personas que han hecho esto, sobre fiestas en donde las personas buscan contagiarse COVID a propósito. Es peligroso porque, aunque hay tendencias que indican que el ómicron genera una forma leve de la enfermedad, primero, no se sabe qué cepa se contraería y, segundo, tampoco se puede saber ciento por ciento cómo el virus impactará en un determinado organismo. Vacunarse es la vía más segura).

No todos los virus infectan ni actúan de la misma manera. Por eso, la respuesta que el cuerpo humano, y la ciencia con las vacunas, pueden generar también es diferente. Por ejemplo, es posible que lleve más de 200 años (si se viviera ese tiempo) que un organismo elimine los anticuerpos que genera el sistema inmune luego de una infección con los virus de la polio o de las paperas, según revela un estudio publicado en New England Journal of Medicine. Sin embargo, los anticuerpos contra la varicela perduran por unos 50 años, revela el mismo estudio. Por eso, dos o tres dosis de las vacunas contra estos gérmenes desarrollan una inmunidad de largo plazo.

A diferencia de estos virus que generan anticuerpos de larga duración, los coronavirus como el de la gripe o el que causa COVID-19 no generan una inmunidad de larga duración y pueden reinfectar muchas veces.

Para la influenza existe una vacuna que es estacional, esto significa que, para atacar las nuevas variantes del virus, los que fabrican la vacuna cambian su formulación cada año.

Para COVID-19, ya hay una larga lista de vacunas seguras y eficaces, pero la inmunidad que otorgan se debilita con el tiempo. Por eso, los científicos piensan que, a medida que la pandemia parece transitar a endemia, se necesitarán tal vez dosis anuales de la vacuna.

Las vacunas contra COVID-19 han demostrado prevenir formas graves de la infección, y un estudio comprobó que las personas no vacunadas tienen el doble de posibilidades de reinfectarse con el virus, y tener más problemas de salud, que los que lo están.

En síntesis, la respuesta al título de esta historia está por verse. Es probable que se pueda gradualmente volver a la ‘normalidad’, aunque existe la posibilidad de que se necesita una vacuna estacional. Cómo toda situación que todavía está en curso, hay muchas preguntas que se irán respondiendo, de hecho la ciencia lo ha demostrado en estos dos años de pandemia: los avances para combatir a COVID han sido enormes. HD

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