martes, 1 de febrero de 2022

La higiene antes del descubrimiento de la teoría de los gérmenes…

Desde la cuna de la civilización, incluso antes del antiguo Egipto, los seres humanos buscaban olores frescos y perfumes, relacionándolos con la salud. Los olores dulces y agradables se oponían a los olores desagradables, que entonces se veían como significantes de mala higiene y enfermedad. Este conocimiento instintivo sigue siendo válido hoy en día, pero ahora también sabemos que ‘no todo lo que huele mata, y no todo lo que mata apesta’, según la teoría de los gérmenes. Entonces, si los humanos tenían tanto miedo a los malos olores incluso antes del descubrimiento de la Teoría de los Gérmenes en 1861, ¿qué llevó al Gran Hedor de París? 
El gran olor 
Lo que sugiere la Teoría de los Gérmenes es que ‘ciertas enfermedades son causadas por la invasión del cuerpo por microorganismos, organismos demasiado pequeños para ser vistos excepto a través de un microscopio’. Ahora definimos esto no como una mera teoría sino como sentido común. Pero en la época en que el químico y microbiólogo francés Louis Pasteur, el cirujano inglés Joseph Lister y el médico alemán Robert Koch idearon la teoría, no era así. Los seres humanos seguían creyendo que todo mal olor entrañaba necesariamente riesgos para la salud. Así ocurrió en los meses de agosto y septiembre de 1880 en París. La ciudad fue tomada como rehén por un hedor, y el horrible olor provocó un susto en la ciudad, ya que fue tomado como un significante de enfermedad. El origen del mal olor fueron las alcantarillas. La ciudad estaba inundada de suciedad. Como decía el diario Le Fígaro: ‘Apestaba hasta el cielo’. El susto no tardó en generar rumores de enfermedad. Estos rumores se extendieron tan rápidamente y en tal medida que los ciudadanos comenzaron a protestar, y se creó una comisión gubernamental para tratar el asunto, anunciando que el mal olor podía perjudicar la salud pública. Con el paso del tiempo, el hedor desapareció con él, y los habitantes de París vieron que, de hecho, salían indemnes, por lo que empezaron a abrazar la Teoría de los Gérmenes. Cuando, 15 años después, la ciudad volvió a verse asfixiada por el hedor, la cobertura mediática fue casi humorística al respecto: ya no era motivo de pánico sanitario. No era más que un mero inconveniente. 
¿Por qué la gente no era tan higiénica en esa época? 
Pasteur, Lister y Koch trabajaron duro entre 1850 y 1920, realizando varios experimentos con conclusiones claras para persuadir al público de que creyera en la teoría de los gérmenes y adoptara buenos hábitos de higiene. Aun así, tuvieron que pasar muchos más años hasta que el público y los médicos adoptaran buenos hábitos de higiene. Los cirujanos no se deshacían de los residuos peligrosos de forma adecuada, y llevaban prendas no desinfectadas y a veces manchadas durante las cirugías. Tanto en el trabajo como en casa, lavarse las manos no era una costumbre habitual. Los sistemas de alcantarillado no separaban adecuadamente los residuos del agua potable. Pero todo esto no se debía a que la gente no se preocupara por la higiene. Simplemente no eran conscientes de que estas acciones suponían riesgos para la salud. Esto es difícil de imaginar en una época en la que todos los niños saben que deben lavarse las manos antes de comer. SF

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