miércoles, 19 de diciembre de 2018

Francisco Javier Ha Thong May y compañeros, Santos

Mártires, 19 de Diciembre
Martirologio Romano: En la localidad de Bac-Ninh en Tonkín, hoy Vietnam, santos mártires Francisco Javier Ha Thong Mau, Domingo Bui Van Uy, catequistas, Tomás Nguyen Van De, sastre, y Agustín Nguyen Van Moi y Esteban Nguyen Van Vinh, campesinos, de los cuales uno era neófito y el otro todavía catecúmeno: por rechazar ultrajar a la cruz, sufrieron cárcel y tormentos y, al final, estrangulados por orden del emperador Minh Mang († 1838).
Fecha de beatificación: 27 de mayo de 1900 por el Papa León XIII.
Fecha de canonización: 19 de junio de 1988, junto a otros 112 mártires vietnamitas, por el Papa Juan Pablo II.

Francisco Javier Há Trong Mau nació en Ké-Dieu, Vietnam en 1794. Fue un celoso catequista de la parroquia del poblado de Ké-Mot donde se había ido a vivir, y que regentaba el padre san Pedro Nguyen Van Tu. Era Terciario Dominico.
Cuando llegaron los soldados al pueblo buscando al párroco, Javier de momento logró escapar y refugiarse en casa de un amigo pagano que vivía en Nhat, pero este amigo lo traicionó y le dijo al mandarín local que lo arrestaran; lo enviaron a la capital donde se encontró con otros compañeros. En una carta al padre san Pedro Nguyen Ba Tuan le narró lo que le había sucedido en prisión y en el juicio. Se mantuvo animoso hasta el final. Murió estrangulado en Co-Mé. Su cuerpo fue enterrado en su pueblo natal.
Domingo Bùi Van Uy desconocía el lugar de su nacimiento. De pequeño había sido acogido en la “Casa de Dios” y criado por los padres dominicos, que se lo asignaron a san Pedro Tu y lo prepararon cuidadosamente para el apostolado. Acompañado de este sacerdote llegó al poblado de Ké-Mot en la primavera de 1838. Al llegar los soldados el 28 de junio pudo huir al vecino pueblo de Huong-Trang, donde un pagano los escondió en su casa. Pero al día siguiente ambos fueron arrestados. Se le separó del sacerdote, que fue decapitado, mientras él siguió en la cárcel hasta su muerte.
Tomás Nguyen Van De había nacido en Ké-Mot, en el que creció, se casó, tuvo hijos y se ganaba la vida como sastre. Al llegar los soldados lo arrestaron por ser el cristiano más distinguido del pueblo. Tras el primer interrogatorio, pudo visitarlo su esposa y él le encomendó a sus tres hijos diciéndole que estaba dispuesto a morir por Cristo. En la cárcel hizo la profesión en la Orden Tercera de Santo Domingo. Tenía 27 años de edad.
Agustín Nguyen Van Mói había nacido en 1806 en Phu Trang y más tarde se trasladó al pueblo de Ké-Mot donde conoció la religión cristiana y se convirtió a ella. Hecho el catecumenado recibió el bautismo en 1836 de manos del párroco san Pedro Tu, religioso dominico. Arrestado el 28 de junio de 1838, se negó firmemente a abandonar la fe y aprovechó su estancia en la cárcel para atraer a la fe a otros presos, e hizo allí mismo la profesión en la Orden Tercera de Santo Domingo. Trabajaba en el campo.
Esteban Nguyen Van Vinh era natural de Phu Trang y se había ido a vivir a Ké-Mot, ganándose la vida como trabajador del campo. Conoció el cristianismo y se inscribió en el catecumenado. Arrestado el 28 de junio de 1838, confesó la fe cristiana con firmeza y perseveró en ella hasta la muerte. El Martirologio Romano lo llama catecúmeno pero parece que en la cárcel uno de los catequistas presos con él le administró el sacramento del bautismo.
Todos ellos pertenecían a la comunidad cristiana de Ké-Mot, encomendada al P. Pedro Tu, y fueron arrestados con motivo de la intensa búsqueda que del párroco hacían las autoridades. La búsqueda empezó el 28 de junio de 1838, y el día 1 de julio siguiente ya estaban los cinco capturados y eran conducidos a la capital de la provincia Nonh-Thai. Llevados ante el tribunal se les conminó durante días y días a pisotear la cruz. Por fin el 27 de julio se dictó contra ellos sentencia de destierro perpetuo, además de ciento cincuenta azotes. Sin embargo el rey Minh-Manh ordenó que la sentencia fuera cambiada por la pena de muerte si no se producía la apostasía. Los presos siguieron en la cárcel, donde hicieron un exitoso apostolado entre los otros reclusos. Así se llegó al 24 de noviembre de 1839 en que, vista la perseverancia en la fe, se confirmó la sentencia de muerte, que se ejecutó el 19 de diciembre en Bac Ninh.

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