El látex contiene numerosos
componentes; algunos son proteínas, que son las que pueden dar alergia. Otros,
se desprenden y entran en contacto con el cuerpo si se toca directamente el
producto. También, esos componentes se liberan y quedan flotando en el aire, y
pueden depositarse sobre el cuerpo del alérgico o ser respirados por él.
Las personas que no tienen alergia
pero tocaron el látex pueden transportar en su piel o ropas partículas de
látex, y transmitírselas al alérgico.
«Algunos alimentos tienen componentes
parecidos a los del látex, y se pueden tener reacciones cruzadas», explicó la
Dra. Karina López, Directora del Comité de Alergias Alimentarias y Anafilaxia
de la AAAeIC. Esto quiere decir que la persona con alergia conocida a látex
puede empezar a tener síntomas cuando come esos alimentos, y viceversa, que una
persona alérgica a esos alimentos puede empezar después con reacciones frente
al látex. Los alimentos más frecuentes son banana, castaña, kiwi y palta. Menos
frecuentes son: melón, papa, ananá, tomate, maní y los higos.
Algo de historia
Desde 1989 y de acuerdo con las
recomendaciones internacionales para evitar el contagio del VIH, se produjo un
gran aumento en la utilización de guantes y preservativos de látex, por lo que
la alergia al látex se convirtió en una epidemia moderna.
¿Quiénes desarrollan la
alergia al látex?
Cualquier persona que tenga
contacto con látex puede llegar a desarrollar alergia, pero hay algunas que
están en los llamados grupos de riesgo. Como ocurre con otras alergias, la
aparición de alergia al látex depende de la predisposición individual a
desarrollar alergias y por otra parte depende de la frecuencia, duración e
intensidad del contacto con látex.
Debido al tiempo de exposición y a
la gran cantidad de productos y dispositivos que lo contienen en el ámbito
sanitario, el personal integra los principales grupos en riesgo.
Es un problema médico importante,
pero debido a que tiene un período de latencia entre la sensibilización y la
aparición de síntomas, no es tan conocido o puede ser minimizado.
Mejor prevenir
El tratamiento preventivo consiste
en evitar el contacto directo e indirecto con látex. Existen unas precauciones
que se deben extremar cuanto más severa sea la alergia que se padezca. Se deben
seguir estas recomendaciones en todas partes: domicilio, escuelas (dando aviso
del riesgo), trabajo, clubes deportivos, restaurantes, y especialmente avisar
en centros médicos y odontológicos.
Uno de los mayores desafíos es
proporcionar atención médica adecuada a los pacientes alérgicos al látex.
Significa formar un equipo de salud interdisciplinario integrado por médicos,
técnicos, en colaboración con las áreas de compras, dirección y coordinación
que diseñen un protocolo y establezcan un fuerte canal de comunicación interna.
En Argentina, la Asociación
Argentina de Alergia al Látex le otorgó al Centro Rossi un diploma a la primera
institución dentro de la industria del cuidado de la salud en crear una sede
segura sin látex. «Hicimos un relevamiento de todos los productos a nivel
médico y administrativo para determinar cuáles contenían látex y podrían ser
sustituidos», explicó la Dra. Leonela Lepore, médica especialista en
diagnóstico por imágenes. «Por último, trabajamos con proveedores tanto
nacionales como internacionales para reemplazarlos», resume la médica.
Igual que el resto de las
alergias, puede aumentar o mantenerse estable, o disminuir e incluso
desaparecer. Entre otros factores, esto depende del nivel de alergia que
padezca el paciente: cuanto más alto sea el nivel, más difícil será que
desaparezca o tardará más tiempo. BP
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