No puedo
seguir en el camino del bien sin ayuda. Necesito consejos, necesito fuerza,
necesito apoyo, necesito esperanza.
Muchos me
pueden dar una mano. Familiares, amigos, conocidos, con su mirada y sus
palabras me han ayudado tantas veces a ser mejor.
Pero en
ocasiones ni las mejores ayudas humanas son suficientes para vencer mi pecado,
para romper mi pereza, para lanzarme a superar mis miedos.
Por eso, necesito
tu fuerza, Señor. Porque solo una presencia que viene del cielo es capaz de
romper con el pecado y levantar a quien está caído.
No sé si
podré seguir adelante por más tiempo. El cansancio se hace notar. Las
tentaciones a veces arrecian. Las dudas amenazan mi corazón.
Sin
embargo, estoy seguro de que Dios no abandona a quien, humilde y filialmente,
lo invoca lleno de esperanza.
Por eso,
a pesar de que algunos dicen que no puedo, incluso a pesar de mis
desconfianzas, voy a seguir en la lucha.
El resultado
solo puede ser bueno cuando Tú inspiras y acompañas cada gesto, cuando tu
Palabra guía mi mente y fortalece mi corazón.
Ante mí,
hay nuevas oportunidades para amar. Miles de seres humanos esperan que les
ofrezca una palabra, una sonrisa, una mano.
Señor, lo
que me has dado te lo devuelvo al servir a mis hermanos. Por eso, con la ayuda
de tu fuerza, hoy vuelvo a empezar. Y Tú, que eres bueno, me darás la gracia
para perseverar en el amor hasta el final. FP
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