¿Cuántas veces no nos hemos parado frente al espejo y hemos dicho:
necesito hacer ejercicio? A lo mejor eres de esos que cree en productos fáciles:
‘tome esta pastilla por 1 mes y adelgace 4 kilos a la semana’. Incluso, tal vez
entraste en este artículo pensando: ¿una dieta cristiana? ¡Claro! ¡Dios es el
que me va a echar la mano aquí!
Hoy en día una práctica muy común entre los antiguos cristianos es catalogada
como algo fuera de lugar o incluso como un estilo de dieta… a esta práctica la
conocemos como: ayuno.
¿Qué es el ayuno?
Para muchos lo primero que viene a sus cabezas pueden ser dos cosas: un
estilo de dieta o una práctica arcaica de los antiguos cristianos.
Podríamos decir que el ayuno es un estilo de disciplina espiritual
destinado a acercarnos más a Dios. Pero en este punto podría surgir la pregunta
para muchos: ¿Cómo el hecho de privarme de alimentos me va a acercar a Dios? y
por eso te digo:
Tú eres una delicada mezcla de cuerpo y alma. Esta
es la característica esencial del hombre. Tu cuerpo y tu alma están
cuidadosamente relacionados por tu intelecto y tu voluntad… El cuerpo y el alma se encuentran en una constante guerra por dominar.
Matthew Kelly- Redescubriendo el Catolicismo.
Historia del Ayuno
Como todos sabemos Jesús era judío y las tradiciones de dicho pueblo era
ayunar los días martes y jueves. Después de la Pasión, Muerte y Resurrección de
Jesús, los cristianos para distinguirse de las prácticas de la época comenzaron
a ayunar los días miércoles y viernes. En el mundo judeo-cristiano un día de
ayuno implicaba abstenerse de todo tipo de comida.
El ayuno comenzó a ser muy común entre los primeros cristianos, incluso
estos ofrecían tal sacrificio por aquellas personas que los perseguían. Muchos
cristianos ayunaban como método de preparación para el bautismo.
5 claves
“La dieta de los lunes”
Muchos de nosotros después de un fin de semana de placeres pensamos: ‘el
lunes empiezo la dieta’. El lunes nos portamos muy bien; hacemos ejercicio,
comemos sano, tomamos agua y cero dulces. El martes, nos ofrecen un chocolate y
pensamos ‘no pasa nada’… llega el miércoles y nos invitan a cenar: noche de
pizza. ‘Hay si… comienzo el lunes que viene’. Al final, esto puede convertirse
en un círculo vicioso donde de miércoles a domingo se vive de placeres y de
lunes a miércoles a punta de lechuga y agua.
¿Qué tiene que ver la ‘dieta de los lunes’ con el ayuno? Pues muy sencillo… es una realidad: no se puede estar sano y feliz sin
algún tipo de disciplina en nuestras vidas. ¡Ojo! Tomando en cuenta que ser
feliz no es hacer lo que uno quiera, cuando quiera. Si no es el estado del alma
cuando encuentra paz.
¿De qué trata la disciplina? Muy
sencillo… tenemos que establecer rutinas y ayudarnos a nosotros mismos para que
el cuerpo no sea quien mande sobre nuestra alma. Es decir, ¿quieres un
chocolate? ¡cómetelo! Sí, pero no cuando quieras; no simplemente por matar el
antojo. Y no solo estamos hablando de comida, sino de todos aquellos hábitos
que te pueden ayudar o perjudicar. Establecer rutinas en tu día a día puede ser
muy fácil: toma una hoja (o las notas de tu celular) y establece un plan
sencillo. ¡OJO! Se realista… si eres un adicto a tu cama y a Netflix no te engañes
diciendo que sólo verás 1 capítulo a la semana. Se objetivo y realista,
comienza por reducir los tiempos de las cosas que no son del todo buenas y
aumenta aquellas que traerán la verdadera felicidad a tu vida.
Cuerpo de Miss y alma de peleador de sumo
Cuerpo de Miss y alma de peleador de sumo
Somos una mezcla delicada entre cuerpo y alma. La lucha está en lograr
que el alma prevalezca sobre las tendencias del cuerpo. Es una realidad, nos
demos cuenta o no, nuestro cuerpo nos está dando órdenes todo el tiempo:
acuéstate un ratito, un capítulo más, dale al snooze de la alarma…
El ayuno es un maestro ideal para ayudarnos a que el cuerpo no se
convierta en nuestro amo ¿por qué? No
solo porque ayunaríamos de aquellas cosas que pide el cuerpo: antojos de
comida, más descanso… también podemos ayunar de críticas, juicios, malas
palabras.
El cupón de la lotería
En Marcos 9, 28-29 leemos: “¿Por qué nosotros no pudimos expulsarlo? Él
les contestó: Esta clase de demonio solo puede ser expulsado con oración y
ayuno”.
¿Cuántas veces no nos sucede que tenemos un pecado frecuente en nuestras
vidas? Contra la pureza, la vanidad, la soberbia… lo
confesamos y en pocos días volvemos a caer; es como si el pecado en sí mismo
‘nos gobernara’. Jesús mismo nos los dijo: hay pecados que solo pueden ser
sanados con oración y ayuno. Efectivamente la confesión en sí misma borra la
falta cometida, pero el ayuno nos ayuda a borrar la pena y el dolor ocasionado
por dicho pecado. El ayuno es el cupón de lotería o la receta mágica que
necesitamos para librarnos de los pecados más peligrosos.
Una dieta a la medida
Así como ninguna dieta sirve por igual para todo el mundo, lo mismo
ocurre con el ayuno. Cuando uno quiere perder peso y estar en forma asiste con
los expertos en la materia: nutricionistas y entrenadores. Pues lo mismo ocurre
con el ayuno. No podría yo decirles: los lunes, cero chocolate; los martes,
cero refrescos; los viernes, solo pan y agua… el ayuno es un asunto personal
entre tú y Dios. Si tú sientes el llamado en tu interior de hacer algún tipo de
ayuno, hazlo, pero es bueno que lo comentes con algún guía espiritual. Dios no
quiere que andes muerto de hambre por todas las esquinas o desmayándote.
Start Over
Aunque la dieta de los lunes no es la ideal; si
te sales de la dieta, vuelve a comenzar. ¡No desfallezcas! No podemos lograr
las cosas de un día para otro, nadie logra grandes cosas en un abrir y cerrar
de ojos. Recuerda no tengamos a nuestra alma en dieta: sin oración, sacramentos,
ayuno, sacrificios… hagamos que nuestra alma sea fuerte y saludable. CR
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