Elogio:
En Barcelona, ciudad de la Hispania
Tarraconense, san Cucufate, mártir, que, herido con espada durante la
persecución desencadenada por el emperador Diocleciano, subió victorioso al
cielo.
Que
Barcelona ponga su confianza en el célebre Cugat (el nombre
catalán de Cucufate), escribía Prudencio en su Peristéphanon (IV, 33) y, el
Martirologio Hieronymianum anuncia en el 15 y en el 16 de febrero: «En España,
en la ciudad de Barcelona, el nacimiento al cielo de san Cucufate». Desde la
Edad Media su fiesta se celebra el 25 de julio. La hagiografía, como sucede
casi siempre, adorna las vidas de los santos con múltiples fantasías, por lo
que se debe tener cuidado de no dar un crédito absoluto a los relatos de
algunos mártires célebres.
Parece que
Cucufate era originario de Scilla, no lejos de Cartago, en el África. Para
escapar a la persecución de Diocleciano, se fue a España, pero lo aprehendieron
en Barcelona y le condujeron ante el prefecto Daciano. Después de torturado con
diversos suplicios, fue decapitado.
En Valles,
diócesis de Barcelona, existió desde el siglo VIII una abadía llamada Colgat,
dedicada a San Cucufate. Se decía que allí reposaba el cuerpo del mártir y que
la cabeza había sido llevada a Francia. Este monasterio fue suprimido en 1835.
Fulrad, abad
de Saint-Denis, consiguió reliquias de san Cucufate y las depositó en uno de
los monasterios que él había fundado en Alsacia, llamado La Celle-de-Fulrad y
que cambió su nombre por el del santo. En 835, el abad Hilduino hizo
transportar dichas reliquias a la gran iglesia de Saint Denis. Así, la devoción
a este santo se extendió por los alrededores de París. Cerca de Rueil, en medio
del bosque, existe un precioso estanque con el nombre de san Cucufate. Según el
abad Debeuf, existió en otro tiempo una capilla donde se guardaron sus
reliquias hasta el siglo XVIII; «desde hace mucho -dice el abad-, el lugar casi
está en ruinas por falta de cuidado y todo lo cubre la hierba. Sin embargo, no
deja de haber peregrinaciones a ese lugar ni de encenderse velas». El pueblo la
llama Saint Quiquenfant. Muchos otros lugares que llevan el nombre de san
Cucufate han sido deformados en Guinefant, Couat, Cophan, etc.
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