Texto del Evangelio (Mt 21,33-43): En aquel tiempo, Jesús dijo a los sumos sacerdotes
y a los ancianos del pueblo: «Escuchad otra parábola. Era un propietario que
plantó una viña, la rodeó de una cerca, cavó en ella un lagar y edificó una
torre; la arrendó a unos labradores y se ausentó. Cuando llegó el tiempo de los
frutos, envió sus siervos a los labradores para recibir sus frutos. Pero los
labradores agarraron a los siervos, y a uno le golpearon, a otro le mataron, a
otro le apedrearon. De nuevo envió otros siervos en mayor número que los
primeros; pero los trataron de la misma manera. Finalmente les envió a su hijo,
diciendo: ‘A mi hijo le respetarán’.
»Pero los labradores, al ver al
hijo, se dijeron entre sí: ‘Este es el heredero. Vamos, matémosle y quedémonos
con su herencia’. Y agarrándole, le echaron fuera de la viña y le mataron.
Cuando venga, pues, el dueño de la viña, ¿qué hará con aquellos labradores?».
Dícenle: «A esos miserables les dará una muerte miserable arrendará la viña a
otros labradores, que le paguen los frutos a su tiempo». Y Jesús les dice: «¿No
habéis leído nunca en las Escrituras: La piedra que los constructores
desecharon, en piedra angular se ha convertido; fue el Señor quien hizo esto y
es maravilloso a nuestros ojos? Por eso os digo: Se os quitará el Reino de Dios
para dárselo a un pueblo que rinda sus frutos».
«Finalmente les envió a su hijo, diciendo:
‘A mi hijo le respetarán’»
Comentario: +
P. Jorge LORING SJ (Cádiz, España)
Hoy contemplamos el misterio
del rechazo de Dios en general, y de Cristo en particular. Sorprende la
reiterada resistencia de los hombres ante el amor de Dios.
Pero la parábola, hoy se
refiere más específicamente al rechazo que los judíos tuvieron con Cristo:
«Finalmente les envió a su hijo, diciendo: ‘A mi hijo le respetarán’. Pero los
labradores, al ver al hijo, se dijeron entre sí: ‘Este es el heredero. Vamos,
matémosle y quedémonos con su herencia’. Y agarrándole, le echaron fuera de la
viña y le mataron» (Mt 21,37-39). No
es fácil entender esto: es porque Cristo vino a redimir al mundo entero, y los
judíos esperan a su ‘mesías’ particular que les dé a ellos el dominio de todo
el mundo…
Cuando estuve en Tierra Santa
me dieron un prospecto turístico de Israel donde están los judíos más famosos
de la historia: desde Moisés, Gedeón y Josué hasta Ben Gurión, que fue el
realizador del Estado de Israel. Sin embargo, en ese prospecto no está
Jesucristo. Y Jesús ha sido el judío más conocido de la historia: hoy se le conoce
en el mundo entero, y ya hace dos mil años que murió…
A los grandes personajes, al
cabo del tiempo, se les admira, pero no se les ama. Hoy nadie ama a Cervantes o
a Miguel Ángel. Sin embargo, Jesús es el más amado de la historia. Hombres y
mujeres dan la vida por amor a Él. Unos de golpe en el martirio, y otros ‘gota
a gota’, viviendo sólo para Él. Son miles y miles en el mundo entero.
Y Jesús es el que más ha
influido en la historia. Valores hoy aceptados en todas partes, son de origen
cristiano. No sólo eso, sino que además se constata que hoy hay un acercamiento
a Jesucristo, también entre judíos (‘nuestros hermanos mayores en la fe’, como
dijera San Juan Pablo II). Pidamos a Dios particularmente por la conversión de
los judíos, pues este pueblo, de grandes valores, convertido al catolicismo,
puede ser un gran beneficio para la humanidad entera.
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