En Argentina, se estima que
unas 250.000 personas viven con urticaria crónica, una patología
que causa muchas molestias y compromete la calidad de vida. Sin embargo, muchas
no lo saben, dado que desde la aparición de síntomas, muchas pueden pasar
por varias consultas antes de obtener el diagnóstico, advierten desde la
Sociedad Argentina de Dermatología (SAD) y la Asociación Argentina de Alergia e
Inmunología Clínica (AAAeIC).
En el Día Mundial de la Urticaria Crónica, ambas sociedad lanzaron en
conjunto la campaña ‘Tu piel cuenta’, con el objetivo de concientizar sobre la
importancia de acudir a profesionales especialistas (médicos o alergistas) ante
la aparición de síntomas, como ronchas que generan picazón e hinchazón de la
piel. Según afirman, quienes sufren este cuadro pueden tardar dos
años y unas 16 visitas al médico (8 al médico clínico y 8 al
especialista) hasta ponerle nombre a aquello que los aqueja.
El 0,7% de la población mundial
en un momento dado sufre de urticaria crónica (de ese porcentaje se extrapola
la estimación de la prevalencia argentina). Dos de cada tres casos se dan
en mujeres. Aunque todos los grupos de edad pueden verse afectados,
es más frecuente en la infancia y, en general, la edad máxima de aparición es
entre los 20 y los 40 años.
¿Cómo reconocer la urticaria crónica? La mayoría de los pacientes sufre la
aparición de ronchas de tamaño variable que generan mucha picazón, permanecen
en el mismo lugar del cuerpo durante un lapso máximo de 24 horas, reapareciendo
después en otras zonas. Muchos presentan también angioedema (hinchazón de la
piel) que aparece con mayor frecuencia en los párpados y labios, genitales,
manos o pies.
Se habla de urticaria crónica
cuando los síntomas aparecen durante seis semanas o más. Pueden ser
producidos por factores como el sol, la temperatura o psicológicos (urticaria
crónica inducible), o pueden aparecer sin una causa evidente (urticaria crónica
espontánea). Este último caso es más difícil de diagnosticar.
“Con las diferentes situaciones
surgidas a partir de la pandemia, los factores
vinculados al estrés y
otros elementos de la esfera psicológica-psiquiátrica tuvieron amplio impacto
en el órgano cutáneo. Los casos de dermatosis vinculadas a estos hechos, entre
ellas la urticaria crónica, están en aumento”, destaca Ariel Sehtman,
presidente de la Sociedad Argentina de Dermatología (SAD).
Se trata de una patología que
compromete significativamente la calidad de vida. Según diversos estudios, la
mitad de los afectados siente ganas de llorar una vez por semana,
uno de cada cuatro falta al trabajo al menos una vez al mes y 3 de cada 4
perciben problemas en su vida sexual, para realizar actividad física o para
participar en reuniones sociales. Además, puede generar ansiedad, estrés y
dificultad para dormir.
La importancia de obtener
un diagnóstico adecuado en forma temprana radica
en la posibilidad de acceder a tratamientos que puedan reducir el impacto en la
calidad de vida. Por tratarse de una enfermedad crónica, no hay cura para la
enfermedad, pero con la terapia correcta se pueden aliviar sus molestos
síntomas en más del 90% de los casos, afirman los impulsores de la
campaña. No obstante, señalan que el desconocimiento general es tan grande
que el 67% de los pacientes no consultan especialistas porque creen que los
médicos no pueden ayudarlos.
“El diagnóstico tardío en la
urticaria crónica tiene muchas consecuencias: el padecimiento del
paciente, el uso de medicamentos que producen efectos colaterales graves, como
son los corticoides administrados en forma inyectable o por comprimidos, e
implica quitarle la posibilidad de un tratamiento correcto que modifique el
curso de su enfermedad”, afirma Pablo Moreno, presidente de la Asociación
Argentina de Alergia e Inmunología Clínica (AAAeIC).
Uno de cada tres pacientes acude
a guardias de emergencia cuando presenta síntomas, instancia en la que suele
confundirse la patología con alergia. “Esto hace sentir al paciente que los
profesionales consultados desconocen su problemática, lo que obligará a las
personas a recorrer diferentes especialistas y a buscar información y
respuestas en lugares inadecuados, como publicaciones no médicas, sitios de
internet no desarrollados por profesionales, entre otros”,
añade Sehtman: “La experiencia que tienen los pacientes es de frustración
y desesperanza”. En este sentido, las organizaciones médicas
insisten en consultar con médicos dermatólogos o alergistas ante la presencia
de recurrentes ronchas o hinchazón en la piel.
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