Se sabe desde hace mucho tiempo
que la ingesta excesiva de sal está relacionada con un aumento de la presión
arterial que conduce a un riesgo más probable de ataque cardíaco o ACV, pero
ahora hay otra razón por la que se recomienda mantenerse alejado de este
condimento blanco tanto como sea posible. En un estudio realizado en el Feil Family Brain and Mind Research
Institute de Nueva York, el alto consumo de sal se asoció con dificultades
de memoria y aprendizaje, y lo sorprendente es que este problema se debe a la
conexión del cerebro con los intestinos.
La nueva conexión encontrada entre el cerebro y los intestinos
Cuando los investigadores
examinaron la razón detrás de los resultados de su estudio, que mostraron que
el cerebro sufrió daños después de consumir mucha sal, encontraron que había
una conexión entre el intestino delgado y el cerebro. La gran cantidad de sal
consumida estimuló los cambios inmunológicos en el intestino delgado, lo que
provocó un flujo sanguíneo deficiente al cerebro, lo que perjudicó el
funcionamiento cognitivo. Si has alcanzado la mediana edad, tenemos malas
noticias para ti: el efecto dañino en el cerebro empeora con el paso de los
años. Sin embargo, también hay buenas noticias: cuando dejas de consumir mucha
sal, el cerebro vuelve a funcionar normalmente.
Entonces, ¿cómo se puede seguir consumiendo sal y prevenir sus efectos
nocivos?
Puedes pensar que el motivo de
este estudio es animar a las personas a dejar de consumir sal, pero en realidad
no es así. Solo tienes que saber consumirla con moderación y en la cantidad
adecuada para tu organismo. La Asociación Estadounidense del Corazón recomienda
consumir 2,300 mg de sodio por día o menos, que es aproximadamente una
cucharadita de sal, pero la mayoría de las personas consumen más, no
necesariamente porque agreguen sal a sus alimentos, sino porque muchos
alimentos procesados contienen sodio. Probablemente estés consumiendo más sal
de la que crees y necesitas:
·
Pan: Puede parecer que una rebanada
no contiene demasiada sal, pero contiene 230 mg de sodio, multiplícalo por la
cantidad de rebanadas que comes por día y encontrarás que consumes mucha más
sal de la que crees.
·
Pizza: una rebanada de pizza puede contener
760 mg de sodio, pero rara vez alguien se siente satisfecho con solo una.
·
Sopas y comidas instantáneas: en unos minutos, puedes recibir una porción de aproximadamente 940 mg de
sodio o más, así que asegúrate de verificar el contenido de sodio antes de
comprar estos productos. Renunciar a ellos por completo sería lo más
inteligente aquí.
·
Embutidos: 3 gramos de embutidos de pavo
pondrán 780 mg de sodio en tu cuerpo, y la misma cantidad de salami agrega
alrededor de 1300 mg de sodio a tu dieta, por lo que se recomienda dejar los
embutidos.
·
Requesón: no es necesario tirar este
producto de la casa, pero debes reducir la cantidad que comes. Una taza de
requesón contiene 920 mg de sodio, por lo que se recomienda consumir menos o
buscar su versión más baja o libre de sodio.
Además de esto, cuando cocines
alimentos en casa, controla la cantidad de sal que le agregas. Si sientes que a
tu comida le falta sabor, agrega más ingredientes condimentados, como especias
o hierbas. JQR
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