jueves, 1 de abril de 2021

La sal no es solo mala para el corazón, también lo es para el cerebro…

Se sabe desde hace mucho tiempo que la ingesta excesiva de sal está relacionada con un aumento de la presión arterial que conduce a un riesgo más probable de ataque cardíaco o ACV, pero ahora hay otra razón por la que se recomienda mantenerse alejado de este condimento blanco tanto como sea posible. En un estudio realizado en el Feil Family Brain and Mind Research Institute de Nueva York, el alto consumo de sal se asoció con dificultades de memoria y aprendizaje, y lo sorprendente es que este problema se debe a la conexión del cerebro con los intestinos. 
La nueva conexión encontrada entre el cerebro y los intestinos 
Cuando los investigadores examinaron la razón detrás de los resultados de su estudio, que mostraron que el cerebro sufrió daños después de consumir mucha sal, encontraron que había una conexión entre el intestino delgado y el cerebro. La gran cantidad de sal consumida estimuló los cambios inmunológicos en el intestino delgado, lo que provocó un flujo sanguíneo deficiente al cerebro, lo que perjudicó el funcionamiento cognitivo. Si has alcanzado la mediana edad, tenemos malas noticias para ti: el efecto dañino en el cerebro empeora con el paso de los años. Sin embargo, también hay buenas noticias: cuando dejas de consumir mucha sal, el cerebro vuelve a funcionar normalmente. 
Entonces, ¿cómo se puede seguir consumiendo sal y prevenir sus efectos nocivos? 
Puedes pensar que el motivo de este estudio es animar a las personas a dejar de consumir sal, pero en realidad no es así. Solo tienes que saber consumirla con moderación y en la cantidad adecuada para tu organismo. La Asociación Estadounidense del Corazón recomienda consumir 2,300 mg de sodio por día o menos, que es aproximadamente una cucharadita de sal, pero la mayoría de las personas consumen más, no necesariamente porque agreguen sal a sus alimentos, sino porque muchos alimentos procesados ​​contienen sodio. Probablemente estés consumiendo más sal de la que crees y necesitas:

·        Pan: Puede parecer que una rebanada no contiene demasiada sal, pero contiene 230 mg de sodio, multiplícalo por la cantidad de rebanadas que comes por día y encontrarás que consumes mucha más sal de la que crees.

·        Pizza: una rebanada de pizza puede contener 760 mg de sodio, pero rara vez alguien se siente satisfecho con solo una.

·        Sopas y comidas instantáneas: en unos minutos, puedes recibir una porción de aproximadamente 940 mg de sodio o más, así que asegúrate de verificar el contenido de sodio antes de comprar estos productos. Renunciar a ellos por completo sería lo más inteligente aquí.

·        Embutidos: 3 gramos de embutidos de pavo pondrán 780 mg de sodio en tu cuerpo, y la misma cantidad de salami agrega alrededor de 1300 mg de sodio a tu dieta, por lo que se recomienda dejar los embutidos.

·        Requesón: no es necesario tirar este producto de la casa, pero debes reducir la cantidad que comes. Una taza de requesón contiene 920 mg de sodio, por lo que se recomienda consumir menos o buscar su versión más baja o libre de sodio.

Además de esto, cuando cocines alimentos en casa, controla la cantidad de sal que le agregas. Si sientes que a tu comida le falta sabor, agrega más ingredientes condimentados, como especias o hierbas. JQR

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