Las
arrugas en la piel son una parte natural del envejecimiento. Sin embargo,
algunas de ellas, conocidas como arrugas prematuras, pueden deberse a factores
prevenibles, como exposición excesiva al sol, malos hábitos o una alimentación
poco o nada saludable. Conoce aquí las mejores formas de evitar la formación de
estas marcas.
Las
arrugas son líneas y pliegues que se forman en la piel. Algunas se pueden
volver grietas o surcos profundos, siendo particularmente notorias alrededor de
los ojos, boca y cuello. Aunque la genética es la que determina principalmente
la estructura y textura de la piel, la combinación de ciertos factores puede
influir en la aparición de arrugas. Entre los principales se encuentran:
Edad: Con
el paso de los años la piel comienza a tornarse menos elástica y más frágil.
Esto se debe a una disminución en la producción de aceites naturales, que hace
que la piel se vea floja, flácida, y que las líneas y surcos sean más
pronunciados.
Exposición solar: La exposición excesiva al sol sin utilizar la
protección correspondiente acelera el proceso de envejecimiento natural y es la
principal causa de aparición de arrugas prematuras. Esto se debe a que la
exposición a la luz ultravioleta rompe el tejido conectivo de la piel
(compuesto por colágeno y fibras de elastina). Sin este tejido conectivo, la
piel pierde fuerza y flexibilidad, lo que lleva a que se debilite y formen
arrugas de forma prematura.
Fumar o beber en exceso: Ciertos hábitos, como fumar o beber en exceso, pueden
favorecer la acción de los radicales libres, moléculas inestables que afectan a
las estructuras celulares sanas. Esto puede tener como
resultado distintos problemas para la salud, incluido la aceleración del
proceso de envejecimiento de la piel, que se traduce en una mayor aparición de
arrugas.
Expresiones faciales repetitivas: Al igual que la edad, este es un factor que no puede
modificarse. Los movimientos y expresiones faciales que realizamos a diario
producen, a la larga, líneas, marcas o arrugas. Al igual que sucede con el
resto de los músculos, con el paso del tiempo los del rostro pierden
flexibilidad y no recuperan su forma. Por ello, no olvides que realizar
repetidamente ciertas expresiones fáciles, como entrecerrar los ojos o sonreír,
puede generar la aparición de arrugas.
Cómo prevenir las arrugas prematuras
Puedes
evitar la formación de arrugas prematuras con estos consejos:
Usa protector solar: Limitar el tiempo que pasamos al sol, especialmente al
mediodía y durante las temporadas de mayor calor, y usar siempre ropa
protectora, como sombreros y gafas de sol, es de gran ayuda para proteger la
piel y evitar la aparición de arrugas. Otro aspecto fundamental es
usar protector solar todo el año cuando estés al aire libre. Así es,
incluso durante otoño e invierno. La Academia Estadounidense de Dermatología
recomienda usar un protector solar de amplio espectro con SPF de 30 o más, sin
embargo, consulta a un profesional de la salud para saber cuál es el tipo
adecuado para tu piel. Recuerda aplicar abundante
cantidad de protector solar, y renovarlo cada 3 horas, especialmente si te ves
expuesto al agua, por ejemplo, al nadar o transpirar.
Hidrátate: Manteniendo
una correcta hidratación se puede retener el agua en la piel, lo que ayuda a
prevenir la formación de líneas delgadas o arrugas prematuras. Para
ello, bebe mucha agua durante el día (entre 2 y 2 ½ litros). También
puedes optar por frutas o vegetales ricos en líquido, como sandía, fresas,
melón, tomate, pepino, espinacas o acelga. Si tienes piel seca, un
dermatólogo puede recomendarte productos humectantes para facilitar este
proceso.
Dieta saludable: Al igual que impacta positivamente en otras funciones
y órganos del cuerpo, una buena alimentación es fundamental para mantener la
piel fuerte y saludable, a la vez que se previenen distintos trastornos, como
las arrugas prematuras. Para ello, los investigadores
destacan las propiedades de ciertos alimentos, como frutas, especialmente
arándanos, melón, tomates y aguacates, vegetales, como zanahorias o pepinos,
pescados, huevos y lácteos. Esto se debe a que esos
alimentos poseen propiedades antioxidantes y antiinflamatorias, capaces de
reducir el impacto de los radicales libres. También aportan vitaminas y
minerales necesarios para la regeneración y mantenimiento de las células
cutáneas. Otras opciones, como la miel o aloe vera, también se
suelen utilizar, pero tópicamente, por sus propiedades nutritivas y
rejuvenecedoras.
Productos para la piel: Consumir suplementos, siempre bajo recomendación y
supervisión de un profesional, puede ser efectivo para prevenir la aparición de
arrugas prematuras. Entre ellos se destacan los
de colágeno, un grupo de proteínas que evitan la rigidez de las
articulaciones, fortalecen el tejido muscular, y favorecen la elasticidad de la
piel. Desde la medicina natural también se destacan las
propiedades antiinflamatorias, antioxidantes, y rejuvenecedoras de ciertos
aceites, como el de argán, caléndula, o rosa mosqueta.
Masajes: Al
igual que sucede con los músculos del resto del cuerpo, los del rostro se
pueden ver afectados por distintos factores, como estrés o cansancio. Una forma
de aliviar la rigidez y volverlos flexibles nuevamente es mediante los
automasajes. Existen muchas formas sencillas de hacerlo, como
alisar la frente, hacer círculos con la yema de los dedos en las mejillas o
deslizarlos alrededor de los ojos. Incluir esto en tu rutina de cuidado de la
piel ayudará a prevenir la aparición de arrugas prematuras.
Evita hábitos dañinos: Como señalamos, existen ciertos hábitos que pueden
afectar la piel y favorecer la aparición de arrugas, como fumar, consumir
bebidas alcohólicas en exceso o incluir como parte fundamental de la dieta,
alimentos ultraprocesados, que se caracterizan por ser ricos en azúcares, sodio
y grasa. TV
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