Esta pandemia ha puesto sobre la mesa muchas cosas, entre otras, los
efectos colaterales que conlleva el empleo de los dispositivos electrónicos de
forma prolongada.
Este se relaciona con un aumento de la obesidad infantil, con problemas
en la vista, con un empeoramiento de la calidad del sueño, así como
alteraciones en el desarrollo de los menores. Pero también las consultas de traumatología infantil
están empezando a recibir a menores con problemas de espalda y dolores
cervicales fruto de estos malos hábitos.
El Dr. Miguel Castro es especialista en Traumatología Infantil en el
Hospital Quirónsalud Lugo (España). En este sentido, explica que cada vez está recibiendo
más visitas a su consulta de menores con dolor cervical y lumbar, consecuencia
de las malas posturas al usar tablets y teléfonos móviles, pero también debidas
al uso de mochilas con peso excesivo y mal colocadas.
«La mochila debe colocarse de forma simétrica, repartiendo el peso entre
ambos brazos y llevándola más alta, no a la altura de la zona lumbar baja como
se ve a veces», subraya el experto, quien precisa que alrededor de los 10-12
años se inician estas visitas, ya que estos problemas surgen por acumulación y
los niños pequeños no los padecen todavía.
Así, el experto reconoce que el cuello o la espalda llegan a provocar
sufrimiento de la musculatura cervical y lumbar por la sobrecarga asimétrica,
fruto de esa flexión prolongada del cuello o de la mala postura adquirida
durante el empleo de la tablet y del móvil, que llegan a sobrecargar la zona.
La Academia Americana de Pediatría aconseja en este contexto que padres
y cuidadores creen un plan de consumo de estos dispositivos electrónicos para
la familia, que contemple las necesidades de salud, educación y entretenimiento
de cada niño, así como de toda la familia: «Lo más importante que pueden hacer
los padres es ser mediadores de sus niños en el empleo de dispositivos. Esto
quiere decir enseñarles cómo usarlos como una herramienta para crear, conectar
y aprender».
Por otro lado, el especialista de Quirónsalud enumera una serie de
consejos para una buena higiene postural de nuestros menores durante el empleo
de las pantallas:
·
Es
fundamental adaptar la altura de la silla y mantener la espalda recta y apoyar
la zona lumbar. Para ello, puedes regular la silla o, en caso de que no sea
posible, usar almohadones.
·
El codo y las
rodillas deben encontrarse en ángulo recto, y los pies apoyados y en ángulo recto
respecto a la pierna. Nunca cruzar las piernas.
·
Evitar el
empleo de estos dispositivos en la cama o en el sofá porque conlleva malas
posturas.
La
consulta más frecuente en traumatología infantil
No obstante, el Dr. Castro recuerda que la consulta más frecuente en
Traumatología infantil son las deformidades angulares de las extremidades
inferiores, es decir, cuando las rodillas se encuentran arqueadas, y también en
el caso de las rodillas en X: «No es lo mismo las rodillas arqueadas en un niño
de 3 años que en un niño de 12. En un gran número de casos mejoran
espontáneamente, pero si no es el caso, por encima de los 8 o 10 años sí que
conviene consultar. Las rodillas arqueadas son más patológicas que las rodillas
en X».
En algunos casos el especialista indica que estas patologías pueden
conllevar una intervención quirúrgica pequeña, con el objetivo de frenar el cartílago
del crecimiento. Según
describe, consiste en un procedimiento breve para el que solo es necesario
hacer dos pequeñas incisiones: «No es muy agresiva. Esa es una intervención
frecuente».
El traumatólogo infantil llama igualmente la atención sobre las lesiones
provocadas por sobre uso del deporte, en forma de dolor de rodilla o de talón
al excederse en la práctica deportiva; y que suelen darse en aquellos niños que
practican fútbol, o en el baloncesto.
«En muchas ocasiones, la osteocondrosis (necrosis y degeneración de
huesos y cartílagos) se resuelve simplemente con reposo y pasado un año o año y
medio el paciente ya no siente dolor», afirma el Dr. Castro.
Según confiesa, este es un problema que aparece ahora con más frecuencia
en consulta que antes, dado que actualmente hay una mayor exigencia deportiva
entre los niños: «Actualmente tienen una mayor implicación en las actividades
deportivas de grupo. Antes, quizás, se practicaba deporte en la calle, de forma
más informal. Ahora, la mayor parte de los menores forma parte de un equipo,
tienen un calendario de entrenamientos».
En este contexto, el especialista de Quirónsalud Lugo destaca que la
prevención reside en un adecuado calentamiento previo al ejercicio, con la adaptación
correcta del material (balones, zapatillas...).
«Hay un porcentaje de osteocondrosis que son imposibles de evitar, pero
es cierto que hay otras que, con un adecuado calentamiento y contando con el
material correcto se evitarían», subraya.
Añade que en las consultas de Traumatología infantil suelen ser
habituales igualmente las visitas por escoliosis en menores (desviación de la
columna), así como por dismetría o diferencia en la longitud de las piernas,
que tiene una gran relación con la escoliosis. Precisa que estas afecciones suelen detectarse en
torno a los 12-13 años, momento en el que se debe comprobar si se trata de una
escoliosis pura o bien de una desviación de la columna vertebral fruto de una
dismetría.
«En el caso de escoliosis, y mientras el paciente está́ en proceso de
crecimiento, se puede intentar la corrección con un corsé́. Pero si ya ha
finalizado esa etapa, no resulta útil. Por regla general, se da hasta los 15 años
en el caso de las niñas y de los 17 en el de los niños. A partir de ahí́, para
los casos graves, se puede plantear una cirugía», detalla.
Mientras, con la dismetría señala que si la diferencia en la longitud de
las piernas está por debajo del centímetro y no provoca ni escoliosis ni
dolor, no se recomienda ningún tratamiento. Ahora bien, el Dr. Castro remarca que si está por
encima de ese centímetro se puede tratar con plantillas o con una intervención
quirúrgica para alargar o acortar el hueso de la pierna. BP
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