Fumar
se asocia a una gran variedad de problemas de salud, que van desde alteraciones
en el sistema respiratorio o nervioso, hasta un mayor riesgo de sufrir cáncer o
enfermedades cardiovasculares. Sin embargo, este hábito que se cobra más de
ocho millones de muertes cada año, también tiene efectos nocivos sobre la piel.
Efectos del tabaco en la piel
Aunque
las investigaciones sobre los efectos del tabaco sobre la piel no son
necesariamente nuevas, los especialistas coinciden que pueden pasar
desapercibidas para los consumidores. A partir de diferentes ensayos
clínicos, se descubrió que otro de los efectos dañinos de
la nicotina sería el estrechamiento de los vasos sanguíneos en las
capas de la piel (especialmente en la más externa: epidermis). Según detalló
la Clínica Mayo, esto dificulta el flujo sanguíneo hacia la piel, por lo
que esta no recibe suficiente oxígeno y nutrientes importantes para mantenerse
saludable, como la vitamina A.
Además
de afectar a los vasos sanguíneos, el tabaco (junto a los más de 4.000 químicos
que pueden encontrarse en su humo) dañan el colágeno y la elastina, sustancias
que le garantizan fuerza y elasticidad a la piel.
Según
diferentes estudios, este mecanismo es responsable de que los fumadores tengan
un mayor riesgo de sufrir:
·
Cáncer de piel, debido a la
constante exposición a miles de toxinas. Algunos expertos aseguran que el
riesgo de desarrollar carcinoma de células escamosas (SCC) puede ser 50% más
alto en los fumadores.
·
Disminución en la capacidad de
cicatrización.
·
‘Líneas de fumador’ (pequeños
surcos alrededor de la boca, debido a fruncir excesivamente los labios).
·
‘Patas de gallo’, que se
producen sobre los bordes exteriores de los ojos.
·
Piel
flácida (especialmente en los brazos y pechos), debido al estrés oxidativo
al que se somete al cuerpo.
·
Problemas de pigmentación.
·
Psoriasis, probablemente por
los efectos de la nicotina sobre el sistema inmunológico.
Si
bien las consecuencias del tabaco pueden ser impactantes, los expertos aseguran
que nunca es tarde para dejar atrás el hábito de fumar.
En
el caso de los efectos en la piel, afirman que, al tiempo de dejarlo, se
notarán mejoras. Puede que las arrugas y manchas de alquitrán no desaparezcan
por completo, sin embargo, el retorno del correcto flujo sanguíneo hacia la
piel y una buena oxigenación, ayudarán a que la piel vuelva a verse joven y
saludables.
Consejos para dejar de fumar
La
nicotina es una droga muy adictiva, por lo que no suele ser sencillo dejar de
fumar. Sin embargo, los profesionales de la salud afirman que el simple hecho
de pensar en dejar de hacerlo ya es una gran paso.
Puedes
optar por distinta estrategias que faciliten abandonar el tabaco:
·
Buscar apoyo: familiares, amigos, consejeros o expertos, cualquier
ayuda adicional es excelente para encontrar el apoyo necesario para enfrentar
esta decisión.
·
Escribir: para muchos puede ser una gran presión dejar por
escrito sus metas u objetivos respecto al tabaco y no lograr cumplirlas. Por
ello, en lugar de concentrarte en los días o plazos que establezcas para estar
sin fumar, destaca los beneficios que obtienes cuando no fumas, desde una mayor
precepción de los sabores y olores, hasta un mayor rendimiento físico.
·
Eliminar rastros de cigarrillos: desde desechar todos tus cigarrillos, hasta lavar la
ropa, cortinas o ambientes que tengan su olor.
·
Identificar la conexión con el hábito de fumar: reuniones con amigos, caminatas o esperar el autobús,
son situaciones en los que tiendes a fumar, y es importante identificar y
eliminar esa conexión con el cigarrillo.
·
Reemplazar los cigarrillos por otra cosa.
·
Mantener la mente ocupada.
·
Cuidado con la abstinencia: cuando dejes de fumar te enfrentarás a los síntomas
de la abstinencia, por lo que es bueno conocerlos y anticiparte a ellos: mal
humor, nerviosismo, falta de energía, depresión, resequedad de boca o garganta,
dolor de estómago y cabeza, y deseos de comer.
·
Dejar
de fumar gradualmente: para muchos puede
representar un mayor desafío dejar el cigarrillo de un día para el otro. Una
forma de conseguirlo es disminuyendo gradualmente la cantidad que fumas (si
actualmente fumas 10 por día, pasa a 6, luego a 3 y así hasta eliminarlos de tu
rutina).
Recuerda,
ceder alguna vez a la tentación no es lo ideal, pero tampoco representa un
fracaso. Si en algún momento la necesidad por fumar te supera, piensa en todo
lo que has logrado y aún puedes conseguir. TV
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