El dolor de espalda es una patología que ha aumentado con el homeoffice
y la pandemia. Pasar muchas horas en la silla frente a una computadora abre
paso a malas posturas, contracturas y futuras molestias musculares. Sin
embargo, un nuevo estudio científico del Centro
Médico Beth Israel Deaconess asegura que cuando el problema es
crónico, la causa del dolor puede deberse a problemas psicológicos.
Mediante un programa llamado cuerpo-mente (de 12 semanas de duración),
los investigadores notaron que el 64% de los voluntarios que participaron se
libró del dolor de espalda, la principal causa de discapacidad en el mundo, al
término de seis meses de tratamiento psicológico, algo que no sucedía con las
terapias tradicionales.
«Nuestro grupo se centró en la hipótesis de que el dolor de espalda
inespecífico es la manifestación sintomática de un proceso psicológico,
impulsado sobre todo por el estrés, las emociones reprimidas y otros factores
psicológicos», señalaron los investigadores que participaron del estudio.
Cómo
fue el estudio
Los especialistas precisaron que con los voluntarios utilizaron la
terapia de alivio de síntomas psicofisiológicos (PSRT), que consta de 3 meses y
que fue creada para analizar lo siguiente: los factores estresantes y
psicológicos que favorecen el dolor persistente de espalda; las posturas
corporales; y las conductas que adoptan los afectados ante el dolor.
El programa incluyó estrategias para educar a los pacientes, de 18 a 67
años, sobre la relación entre los factores estresantes, las emociones, la
ansiedad y el dolor. Luego, dividieron a los voluntarios en tres grupos
distintos: el primero, realizó el programa completo de 3 meses; el segundo,
solo lo hizo durante 8 semanas; y el tercero, recibió una terapia convencional
para tratar el dolor físico de espalda.
Los
resultados del estudio
De acuerdo con lo revelado por los especialistas, los pacientes que
completaron la terapia de 12 semanas experimentaron una reducción del dolor (y
discapacidad) del 83% en comparación con el 22% de quienes siguieron el
programa de ocho meses y dijeron haber sentido menos malestar. En tanto,
quienes solo recibieron un tratamiento estándar para el dolor físico de
espalda, notaron una disminución del 11%. A su vez, el 64% de las personas que
completaron la terapia dijo no sentir más dolor una vez finalizado el
tratamiento, mientras que del segundo grupo sólo un 25% se libró del malestar;
y en el tercero, apenas un 17%.
Cómo
ayudan las sesiones psicológicas a aliviar el dolor de espalda
Un tratamiento de cuatro semanas de sesiones psicológicas puede reducir
drásticamente el dolor de espalda crónico para muchos pacientes durante al
menos un año, sugiere un estudio. La investigación es la primera en evaluar la
terapia de reprocesamiento del dolor (PRT), un tratamiento que asume que en
algunos pacientes el dolor a largo plazo no se deriva de una lesión corporal. En cambio, se cree que
es causado por el cerebro que se vuelve demasiado sensible a los estímulos que
normalmente no causarían molestias. El trabajo, publicado en la revista JAMA
Psychiatry, proporciona algunas de las pruebas más sólidas hasta
ahora de que un tratamiento psicológico no farmacológico puede brindar un
alivio potente y duradero.
Como explicó Yoni Ashar, uno de los investigadores involucrados en el
estudio, «durante mucho tiempo, tal vez demasiado, se pensó que el dolor
crónico dependía solo de problemas físicos reales. Y, de hecho, la mayoría de
los tratamientos todavía se basan en esta creencia». Este tratamiento se basa
en la premisa de que el cerebro puede generar dolor en ausencia de una lesión o
después de que una lesión se haya curado.
La investigación sugiere que las vías neuronales que fallan son al menos
parcialmente responsables del malestar: diferentes regiones del cerebro,
incluidas las asociadas con la recompensa y el miedo, se activan durante los
episodios de dolor agudo. Y entre los pacientes con dolor crónico, ciertas
redes neuronales están sensibilizadas para reaccionar de forma exagerada
incluso a estímulos leves.
La
solución al dolor puede estar en el cerebro
La terapia de reprocesamiento del dolor (PRT) fue desarrollada por el
psicólogo Alan Gordon y se basa en educar al paciente sobre el papel del
cerebro con respecto al dolor crónico.
Esto se hace ayudándolos a reevaluar la sensación de malestar físico
cuando está relacionado con movimientos que generalmente tienen miedo de hacer.
También los ayuda a lidiar con las emociones que generalmente no hacen más que
aumentar el dolor.
«Esto no sugiere que el dolor no sea real o que todo esté en la cabeza.
Esto significa que si las causas están en el cerebro, también podría haber
soluciones», explicó el autor del estudio. BP
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