Entre
10 y 20% de la población occidental ha tenido reflujo. Afortunadamente, se
puede prevenir o reducir su frecuencia con modificaciones en el estilo de vida.
Esto incluye realizar ejercicio frecuentemente, aunque, no todas las
actividades físicas son necesariamente beneficiosas.
El reflujo ocurre cuando el ácido del estómago fluye hacia el
esófago, un ‘tubo’ que conecta la boca con el estómago. Esto causa irritación
del revestimiento del esófago y síntomas como:
·
Sensación de ardor o dolor en
el pecho, generalmente después de comer o al momento de dormir.
·
Dificultad para tragar.
·
Regurgitación de alimentos o
líquidos, especialmente aquellos que son agrios.
·
Problemas para dormir.
·
Tos crónica.
El
reflujo puede deberse a distintos factores:
·
Comer en gran cantidad durante
el almuerzo o cena, especialmente alimentos grasosos o fritos.
·
Fumar en exceso.
·
Tomar café o alcohol en
exceso.
·
Tomar ciertos medicamentos,
como aspirinas.
¿Sirve el ejercicio contra el reflujo?
Para
reducir el reflujo se suele recomendar hacer cambios en el estilo de vida, como
limitar o evitar el consumo de café, tabaco o alcohol en exceso, reducir el
tamaño de las porciones durante las comidas o perder sobrepeso. El ejercicio es
otro factor que se debe tener en cuenta, ya que puede impactar positiva o
negativamente sobre el reflujo.
Los ejercicios
aeróbicos o ‘cardio’, un tipo de actividad que se caracteriza por su baja
intensidad desarrollada durante largos períodos de tiempo, son los que
presentan mejores resultados contra el reflujo, ya que favorecen la buena
digestión y la pérdida de peso. Ejemplos de ejercicio aeróbico son: caminar,
nadar, hacer yoga o andar en bicicleta.
En
cambio, los ejercicios anaeróbicos, que consisten en realizar actividades de
alta intensidad durante períodos breves de tiempo, pueden empeorar los síntomas
del reflujo.
Esto
se debe a que realizar carreras de velocidad, gimnasia, o levantamiento de
pesas puede disminuir el flujo sanguíneo hacia la zona gastrointestinal,
provocando una acumulación de los fluidos gástricos, y con ello inflamación e
irritación.
Además,
las posiciones corporales que demandan estas actividades, como agacharse,
doblarse o colgarse boca abajo mientras se somete a un gran impacto, pueden
ejercer presión sobre el pecho o estómago, desencadenando muchos de los
síntomas del reflujo.
Otro
aspecto que puede favorecer la acidez estomacal, sin importar el tipo de
ejercicio que se realiza, es comer antes de entrenarse, especialmente:
·
Alimentos agrios.
·
Alimentos fritos.
·
Alimentos grasosos
·
Bebidas alcohólicas.
·
Café.
·
Chocolate.
·
Refrescos.
·
Tomates y sus derivados.
Por
este motivo, los expertos aconsejan evitar las comidas (especialmente las de la
lista anterior) durante al menos dos horas antes de realizar ejercicio.
Otros consejos
Además
de realizar ejercicio aeróbico o de bajo impacto frecuentemente, los
especialistas aconsejan incorporar otros hábitos saludables para reducir el
riesgo de sufrir reflujo:
·
Consumir alimentos beneficiosos: avena, bananas, bicarbonato de sodio, carnes
blancas, frutos secos, manzana, manzanilla y, especialmente, agua, son opciones
que ayudan a controlar el reflujo.
·
Evitar alimentos y bebidas asociados al reflujo: ajo, alcohol, cebolla, chocolate, menta, bebidas
alcohólicas o ricas en cafeína, tomate y sus derivados, y productos
ultraprocesados suelen ser los principales desencadenantes del reflujo.
·
Comer lentamente y masticar con cuidado: engullir la comida puede aumentar el riesgo de
reflujo. Tómate tu tiempo para disfrutar del almuerzo o cena, para ello, pon el
tenedor en el plato después de cada bocado, y vuelve a levantarlo solo cuando
hayas masticado y tragado ese bocado.
·
Mantener un peso saludable: el sobrepeso u obesidad generan presión en el
abdomen, empujando el estómago hacia arriba y provocando que el ácido suba
hacia el esófago.
·
Dejar de fumar:
según señalan distintos estudios, las personas con tabaquismo tienen una peor
función del esfínter esofágico inferior en comparación con quienes no fuman.
·
Elevar la cabecera de la cama: colocar bloques de madera o cemento debajo de los
pies de la cama para elevar la cabecera entre 6 y 9 pulgadas (15 y 23 cm) puede
ser de ayuda para controlar el reflujo a la hora de dormir.
·
No dormir inmediatamente después de comer: se recomienda esperar al menos tres horas después de
comer para acostarse o dormir.
·
No usar ropa demasiada ajustada: las prendas apretadas alrededor de la cintura
ejercen presión en el abdomen y el esfínter esofágico inferior, favoreciendo el
reflujo. TV
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