Aunque se
produce menos que otras variedades, el té blanco se encuentra disponible para
que aproveches todos sus beneficios, que van desde cuidar la salud bucal o
cutánea, y facilitar el control o la pérdida de peso, hasta prevenir
enfermedades crónicas. Conoce aquí como prepararlo y cuáles son sus
propiedades.
El té blanco
se obtiene de las hojas de Camellia sinensis,
planta de la que también surgen otras variedades del té como el negro, verde, o
rojo. La diferencia con estos es que el blanco es el menos procesado, y se
recoge justo antes de que las hojas y cogollos estén completamente abiertos,
cuando están cubiertos por finos pelos blancos (de ahí su nombre popular).
Por
prepararse con hojas y cogollos inmaduros, el té blanco se caracteriza por
tener un sabor mucho más suave que otras variedades, como el negro o verde, al
punto que puede parecer insípido para quienes acostumbran beber estas últimas
opciones. Al estar menos procesado, el té blanco también retiene una mayor
cantidad de compuestos antioxidantes, por lo que su consumo se asocia a
diferentes beneficios:
Efectos antioxidantes
Como
señalamos, por su poco procesamiento el té blanco está cargado de compuestos
con propiedades antioxidantes. Esto son muy útiles para proteger al organismo
de los efectos de los radicales libres, moléculas inestables que afectan las
estructuras celulares sana y aumentan el riesgo de muchas enfermedades,
incluido el cáncer.
Protege la salud
cardiovascular
El té blanco
es rico en flavonoides, compuestos que también se hallan en frutas y vegetales,
y están asociados a la prevención de enfermedades cardiovasculares,
específicamente a niveles de colesterol en sangre y presión arterial más bajos,
lo que se traduce en un menor riesgo de accidentes cerebrovasculares o ataques
cardíacos.
¿Ayuda a perder peso?
Existen
estudios que vinculan el consumo de té blanco con la prevención de la
adipogénesis, es decir, el proceso de formación de células grasas. Por este
motivo es que se suele señalar que ayuda a controlar o perder peso, pero lo
cierto es que, para ello, se lo debe complementar con una alimentación
saludable y de ejercicio regular.
Cuidado de la piel
El consumo
de té blanco se vincula a una buena salud cutánea. Esto se debe a que es rico
en antioxidantes, que retrasan los síntomas de envejecimiento, como marcas o
arrugas, promueven la recuperación de la piel dañada y brindan protección
contra otros factores dañinos, como la luz ultravioleta.
Salud bucal
La presencia
de flavonoides, polifenoles, y taninos en el té blanco es de gran ayuda para
prevenir el desarrollo de placa, una especie de película pegajosa que se forma
alrededor de los dientes y favorece la acumulación de bacterias que pueden
dañar el esmalte dental o las encías.
Otros beneficios
Aunque no
existe suficiente evidencia que demuestre su efectividad, se cree que el
consumo regular de té blanco puede ayudar a prevenir infecciones, gracias a sus
propiedades antimicrobianas, o afecciones como la diabetes, ya que favorece el
control de los niveles de azúcar en sangre y aumenta la secreción de insulina.
Cómo preparar el té blanco
Para
preparar té blanco se debe seguir el mismo procedimiento que con las otras
variedades de C. sinensis (como té negro, verde o rojo). Calienta alrededor de
250 ml de agua, una vez que rompa en hervor retírala del fuego, añade dos
cucharaditas de té blanco, incorpora bien y deja reposar durante unos minutos.
Luego se cuela y bebe solo o con un endulzante a gusto.
¿Cuánto té blanco beber al
día?
Se estima que
en una taza de té blanco se encuentran alrededor de 28 mg de cafeína, es decir,
menos de un tercio de la que normalmente se halla en una taza de café. Por este
motivo, y gracias a su aporte nutritivo, es que los expertos aseguran que no
hay problemas en beber entre dos y tres tazas al día.
Precauciones
Los riesgos
asociados al consumo del té blanco son los mismos que se asocian a cualquier
otra infusión de C. sinensis, debido al contenido de cafeína y taninos. Entre
las principales consecuencias se hallan problemas hepáticos y de sueño, anemia,
dolor de cabeza, molestias, irritabilidad o estreñimiento. Sin embargo, esto
ocurre cuando se lo bebe en exceso, por ello, recuerda que la clave para
aprovechar sus beneficios se halla en la moderación. HD
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