viernes, 29 de abril de 2022

Qué beneficios tiene beber té blanco…

Aunque se produce menos que otras variedades, el té blanco se encuentra disponible para que aproveches todos sus beneficios, que van desde cuidar la salud bucal o cutánea, y facilitar el control o la pérdida de peso, hasta prevenir enfermedades crónicas. Conoce aquí como prepararlo y cuáles son sus propiedades. 
El té blanco se obtiene de las hojas de Camellia sinensis, planta de la que también surgen otras variedades del té como el negro, verde, o rojo. La diferencia con estos es que el blanco es el menos procesado, y se recoge justo antes de que las hojas y cogollos estén completamente abiertos, cuando están cubiertos por finos pelos blancos (de ahí su nombre popular). 
Por prepararse con hojas y cogollos inmaduros, el té blanco se caracteriza por tener un sabor mucho más suave que otras variedades, como el negro o verde, al punto que puede parecer insípido para quienes acostumbran beber estas últimas opciones. Al estar menos procesado, el té blanco también retiene una mayor cantidad de compuestos antioxidantes, por lo que su consumo se asocia a diferentes beneficios: 
Efectos antioxidantes 
Como señalamos, por su poco procesamiento el té blanco está cargado de compuestos con propiedades antioxidantes. Esto son muy útiles para proteger al organismo de los efectos de los radicales libres, moléculas inestables que afectan las estructuras celulares sana y aumentan el riesgo de muchas enfermedades, incluido el cáncer. 
Protege la salud cardiovascular 
El té blanco es rico en flavonoides, compuestos que también se hallan en frutas y vegetales, y están asociados a la prevención de enfermedades cardiovasculares, específicamente a niveles de colesterol en sangre y presión arterial más bajos, lo que se traduce en un menor riesgo de accidentes cerebrovasculares o ataques cardíacos. 
¿Ayuda a perder peso? 
Existen estudios que vinculan el consumo de té blanco con la prevención de la adipogénesis, es decir, el proceso de formación de células grasas. Por este motivo es que se suele señalar que ayuda a controlar o perder peso, pero lo cierto es que, para ello, se lo debe complementar con una alimentación saludable y de ejercicio regular. 
Cuidado de la piel 
El consumo de té blanco se vincula a una buena salud cutánea. Esto se debe a que es rico en antioxidantes, que retrasan los síntomas de envejecimiento, como marcas o arrugas, promueven la recuperación de la piel dañada y brindan protección contra otros factores dañinos, como la luz ultravioleta. 
Salud bucal 
La presencia de flavonoides, polifenoles, y taninos en el té blanco es de gran ayuda para prevenir el desarrollo de placa, una especie de película pegajosa que se forma alrededor de los dientes y favorece la acumulación de bacterias que pueden dañar el esmalte dental o las encías. 
Otros beneficios 
Aunque no existe suficiente evidencia que demuestre su efectividad, se cree que el consumo regular de té blanco puede ayudar a prevenir infecciones, gracias a sus propiedades antimicrobianas, o afecciones como la diabetes, ya que favorece el control de los niveles de azúcar en sangre y aumenta la secreción de insulina. 
Cómo preparar el té blanco 
Para preparar té blanco se debe seguir el mismo procedimiento que con las otras variedades de C. sinensis (como té negro, verde o rojo). Calienta alrededor de 250 ml de agua, una vez que rompa en hervor retírala del fuego, añade dos cucharaditas de té blanco, incorpora bien y deja reposar durante unos minutos. Luego se cuela y bebe solo o con un endulzante a gusto. 
¿Cuánto té blanco beber al día? 
Se estima que en una taza de té blanco se encuentran alrededor de 28 mg de cafeína, es decir, menos de un tercio de la que normalmente se halla en una taza de café. Por este motivo, y gracias a su aporte nutritivo, es que los expertos aseguran que no hay problemas en beber entre dos y tres tazas al día. 
Precauciones 
Los riesgos asociados al consumo del té blanco son los mismos que se asocian a cualquier otra infusión de C. sinensis, debido al contenido de cafeína y taninos. Entre las principales consecuencias se hallan problemas hepáticos y de sueño, anemia, dolor de cabeza, molestias, irritabilidad o estreñimiento. Sin embargo, esto ocurre cuando se lo bebe en exceso, por ello, recuerda que la clave para aprovechar sus beneficios se halla en la moderación. HD

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